Fuerzas iraquíes respaldadas por tanques y helicópteros de combate han empezado a combatir a los insurgentes en Tikrit, la ciudad natal de Sadam Husein y una de las más grandes capturadas este mes por milicianos suníes en su rápida ofensiva en el norte de Irak.
Había noticias contradictorias sobre los avances del ejército hacia la ciudad norteña. Vecinos de la zona dijeron que los milicianos seguían controlando la ciudad al caer la noche del sábado, mientras que fuentes de seguridad iraquíes indicaron que las tropas habían llegado a las afueras de la localidad, y el gobernador de la provincia afirmó que habían llegado hasta la ciudad propiamente dicha.
El gobierno ha presentado la campaña como una remontada, tras semanas de desmoralizadoras derrotas a manos de insurgentes liderados por la escisión de al-Qaida Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL). El progreso de los milicianos en buena parte del norte y el oeste de Irak ha sumido al país en su mayor crisis desde la retirada de las tropas estadounidenses en diciembre de 2011, y amenaza con dividir al país en tres por líneas étnicas y sectarias.
Si tiene éxito, la operación en Tikrit podría ayudar a restaurar algo de confianza en las fuerzas de seguridad, así como en el acosado primer ministro, Nuri al Maliki, que lucha por mantenerse en el cargo.
Los combates del sábado comenzaron antes del amanecer, con ataques de helicópteros de combate sobre insurgentes que se enfrentaban al ejército en un campus universitario a las afueras de Tikrit, indicó el portavoz militar teniente general Qasim al Musawi. Las fuerzas del gobierno habían establecido una cabeza de puente en el terreno de la universidad, al norte de la ciudad, tras ser transportados allí por aire el día anterior.
Los enfrentamientos esporádicos continuaron durante el día en la Universidad. Al mismo tiempo, varias columnas de tropas avanzaron hacia Tikrit desde Samara, una ciudad situada a orillas del río Tigris, según indicó un alto cargo de seguridad bajo condición de anonimato por no estar autorizado a informar a los medios.
Al anochecer, según el teniente general Ahmed Abu Ragheef, comandante en el Mando Operativo Salahudin, una columna de tropas había llegado al borde de Tikrit, mientras que otra había asegurado una base aérea que utilizó en su día el ejército estadounidense con el nombre de Camp Speicher.
El gobierno de la provincial de Salahudin, Ahmed Abudlá al Jaburi, dijo a Associated Press que las tropas habían llegado a la propia Tikrit, alcanzando el edificio del consejo provincial.
Sin embargo, residentes contactados por teléfono indicaron que los milicianos seguían controlando Tikrit, una ciudad de mayoría suní con más de 200.000 habitantes, y patrullando las calles.
Los residentes, que hablaron bajo condición de anonimato temiendo por su seguridad, confirmaron los choques en torno a la Universidad e informaron de combates al sudeste de la ciudad. Algunos mencionaron humo negro alzándose del complejo de un palacio presidencial a orillas del Tigris, que había sido atacado por helicópteros militares.