Nigeria aplazará seis semanas las elecciones previstas para el 14 de febrero para dar tiempo a que una nueva fuerza internacional asegure las zonas del noroeste del país en manos del grupo armado Boko Haram, indicó el sábado a The Associated Press una fuente próxima a la comisión electoral.
Millones de personas podrían verse privados del derecho a voto si se celebran los comicios mientras los extremistas islámicos sigan controlando gran parte del noroeste y provocando un caos que ha expulsado a 1,5 millones de personas de sus hogares.
La fuente nigeriana, que tenía conocimiento de las conversaciones sobre el tema, indicó que el organismo anunciaría el aplazamiento más adelante el sábado. La fuente habló bajo condición de anonimato debido a lo sensible del asunto.
Una gran ofensiva con aviones de combate y tropas por tierra de Chad y Nigeria ya ha expulsado a los insurgentes de una docena de ciudades y pueblos en los últimos 10 días. Está previsto que se realicen ataques militares aún más grandes.
Autoridades de la Unión Africana y representantes de los países que apoyan la iniciativa finalizaban el sábado una reunión de tres días en Yaundé, la capital de Camerún, para concretar los detalles de la misión de 7.500 soldados que formarán Nigeria y sus vecinas Chad, Camerún, Benin y Níger. La misión podría verse retrasada por los detalles del financiamiento, que los estados africanos quieren que costeen Naciones Unidas y la Unión Europea.
El grupo extremista, con origen en Nigeria, ha respondido con ataques sobre una localidad en Camerún y dos en Níger esta semana. Las autoridades calculan que más de 100 civiles murieron y 500 resultaron heridos en Camerún. En Níger, unos 100 insurgentes y un civil murieron en ataques el viernes. También murieron varios soldados de ambos países.
La preocupación internacional por los ataques de Boko Haram ha crecido al tiempo que las cifras de víctimas. El grupo mató el año pasado a unas 10.000 personas, frente a las 2.000 de los cuatro años previos, según el Consejo Estadounidense de Relaciones Exteriores.
Miembros del gobierno del presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, respaldaron aplazar las elecciones del 14 de febrero.
La coalición de oposición, que cuenta con el ex dictador militar Muhammadu Buhari, se opone a cualquier aplazamiento, a pesar de que obtendría más votos en el nordeste de Nigeria.
Los partidarios de ambos bandos amenazaron con violencia si su candidato no gana. Unas 800 personas murieron en disturbios en el norte, de mayoría musulmana, después de que el musulmán Buhari perdiera las elecciones de 2011 ante Jonathan, un cristiano procedente del sur.
Los analistas creen que la votación está demasiado ajustada como para prever el resultado, en los comicios más ajustados desde que el fin de varias décadas de dictadura militar en 1999.
El partido de Jonathan ha ganado todas las elecciones desde entonces, pero la incapacidad del ejército para acabar con la insurgencia iniciada hace cinco años, la creciente corrupción y una economía afectada por el declive en los precios del petróleo han dañado la imagen del presidente en el mayor productor de petróleo de África, que también es el país más poblado del continente con unos 170 millones de personas.
Aplazar las elecciones también dará más tiempo a los responsables de los comicios para entregar unos 30 millones de tarjetas de votante. La comisión había dicho que el hecho de que no se hubieran entregado las tarjetas a casi la mitad de los 68,8 millones de votantes registrados no era motivo suficiente para retrasar la votación.
FUENTE: AP