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Con capacidad de fuego y escudos humanos, sobrevive Sendero Luminoso

La guerrilla Sendero Luminoso ha perdido hombres pero no potencia de fuego. En medio de la agreste selva central del Perú, es difícil atraparlos. "El disparo de Sendero puede venir desde cualquier árbol", advierte el viceministro de Defensa, Iván Vega.

En terreno, Sendero, que desató un conflicto interno en el Perú entre los años 1980-2000, cuenta con remanentes que aún causan zozobra, y llegan a poblados inhóspitos usando a niños como escudos para evitar ser repelidos por las Fuerzas Armadas.

Tropas peruanas rescataron la semana pasada a una treintena de niños y una veintena de adultos -mujeres en su mayoría- que permanecieron bajo cautiverio de este movimiento, en lo que se conoce como Sector 5, en Mazamari, región Junín (centro sur).

Esta se ubica en el temido VRAEM (acrónimo del valle de los ríos Ene, Apurímac y Mantaro), una franja de selva entre montañas que une las regiones de Huancayo, Ayacucho, Apurímac y Cusco. Es además la mayor cuenca cocalera del mundo -Perú es uno de los mayores productores mundiales de coca y cocaína- y el refugio de la guerrilla.

Muchos de los secuestrados pertenecen a la etnia amazónica Ashaninka y tenían décadas de sometimiento. No hablan español y eran utilizados como sirvientes y agricultores de Sendero Luminoso (SL). Las mujeres además eran violadas para engendrar 'soldados' para su causa.

"Es muy difícil encontrar a alguien aquí desde el aire. Aquí hay árboles enormes donde las cuerdas de descenso no son lo suficientemente largas. Nos han ofrecido equipos de otros países que aquí no funcionan (...) Una cosa es combatir en el Golfo Pérsico y otra en el VRAEM", agrega Vega.

Pese a que la guerrilla está desarticulada desde la década del 90 y la mayoría de los líderes senderistas está preso o abatidos, los remanentes están atrincherados en el VRAEM en alianza, según las autoridades, con el narcotráfico. Cuentan con unos 350 elementos -entre ellos población indígena sometida- y de ellos unos 80 son considerados combatientes armados.

"Este grupo terrorista no es que se haya exterminado. Sigue operando reducido, evidentemente. Las Fuerzas Especiales han podido liberar personas(...) Hoy están focalizados" en el VRAEM, explicó el ministro de Defensa, Jakke Valakivi.

Ahora que están implicados en casos de esclavitud y servidumbre, el Estado peruano planea denunciar a Sendero por crímenes de lesa humanidad.