Coreando la consigna "monseñor Óscar Arnulfo Romero vive", cerca de un millar de salvadoreños recorrieron este jueves las calles de San Salvador para conmemorar el 36 aniversario de su asesinato ordenado por la ultraderecha.
Con coloridas palmas y centenares de pancartas de fondo rojo con la estampa en negro de Romero, la peregrinación salió de la capilla del hospital de enfermos de cáncer La Divina Providencia, noroeste de la ciudad, donde el 24 de marzo de 1980 fue asesinado, y llegó hasta la céntrica catedral de San Salvador.
"Su mensaje (de Romero) sigue vivo y no ha perdido nada de actualidad, lo podemos aplicar literalmente a la situación de injusticia y muerte que estamos viviendo", destacó el sacerdote belga-salvadoreño Rogelio Ponselle, quien junto a una decena de sacerdotes presidió la misa de aniversario en la pequeña capilla.
Identificado con los pobres del departamento de Morazán, donde tiene su trabajo pastoral, Ponselle comentó que "monseñor Romero fue un obispo ejemplar, por ese hay un pueblo que lo ama, lo recuerda y está dispuesto a seguir su ejemplo".
Daniel Reyes, un obrero de 63 años, quien llegó desde la periférica ciudad de Soyapango sostenía una pancarta que mostraba la foto del extinto arzobispo con la inscripción "Profeta salvadoreño: San Romero".
"Desde que mataron a monseñor todos los años he participado en los actos conmemorativos porque fue un gran pastor y por eso vive en nuestros corazones", destacó Reyes.
Por su parte, Arely Contreras, de 69 años, recordó que antes "teníamos que escuchar casi en secreto las homilías de monseñor Romero" y que ahora lo más importante es que desde su beatificación el 23 de mayo de 2015 "todo mundo le rinde tributo y ha inmortalizado su mensaje".
Monseñor Romero fue asesinado por un francotirador durante una misa el 24 de marzo de 1980, un día después de dirigirse a los soldados en su homilía: "Les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: cesen la represión".
En 1993, una Comisión de la Verdad de la ONU identificó como autor intelectual del crimen al mayor del Ejército y líder de la derecha local Roberto D'Aubuisson, quien murió de cáncer en febrero de 1992.
Con el asesinato de Romero se desató el conflicto armado que de 1980 a 1992 dejó en El Salvador 75.000 muertos y al menos 7.000 desaparecidos.
FUENTE: AFP