La dura campaña electoral para las presidenciales en Filipinas se acercaba a su fin el sábado, después de que el actual presidente fracasara en un último intento de unir a varios candidatos contra el favorito, un alcalde al que considera una amenaza para la democracia.
Tras recorrer las islas del archipiélago durante tres meses, cinco candidatos presidenciales —liderados por el alcalde Rodrigo Duterte— viajarán el sábado a la capital para ofrecer sus últimos mítines antes de los comicios del lunes. Miles de policías se han desplegado para mantener el orden.
En la víspera al final de campaña, el presidente, Beningno Aquino III, hizo un intento desesperado de pedir a los candidatos que formen una alianza para derrotar al agresivo Duterte, al que se ha comparado con el favorito de las primarias republicanas en Estados Unidos, Donald Trump, por sus polémicas declaraciones. El alcalde lidera los sondeos electorales gracias a su promesa de acabar con la delincuencia y la corrupción.