Ámsterdam acogerá la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, en sus siglas en inglés) tras el "brexit" al imponerse al resto de aspirantes, entre ellos Barcelona, una derrota en la que el lastre del movimiento independentista ha pesado más que la fortaleza técnica de la candidatura, según el Gobierno español.
"Me atrevo a decir que este quizás es uno de los daños directos, otro de los daños directos, que nos ha podido llevar el independentismo de Cataluña", dijo la ministra española de Sanidad, Dolors Montserrat, durante el Consejo de Asuntos Generales en el que se eligió la sede de la EMA, tras conocerse el descarte de Barcelona.
Montserrat insistió en que Barcelona tenía una candidatura fuerte desde el punto de vista técnico, que cumplía con todos los criterios exigidos, algo que había confirmado la Comisión Europea (CE) en su evaluación objetiva, pero reconoció que el independentismo se había convertido en un "obstáculo".
"En las últimas semanas, desde el 6 y 7 de septiembre, las cosas se han complicado porque ha habido un movimiento independentista que ha ido en contra del orden constitucional, en contra de Europa, en definitiva", dijo la ministra, quien reconoció que sus socios europeos han preguntado "por activa y por pasiva" sobre la situación en Cataluña.
La titular de Sanidad acusó sin mencionarla a la Generalitat de "no remar" en "la misma dirección y con la misma fuerza" que el Gobierno para defender una candidatura en la que han trabajado conjuntamente el Ejecutivo central, regional y el Ayuntamiento de Barcelona, pese a lo cual instó a seguir trabajando "unidos".
Barcelona cayó eliminada en la primera ronda de la votación entre los países de la Unión Europea (UE) para elegir la ubicación de la EMA, que como la Autoridad Bancaria Europea debe abandonar su actual sede de Londres por la salida de Reino Unido del club comunitario, prevista para marzo de 2019.
Barcelona quedó quinta con 13 puntos, por detrás de Bratislava, que obtuvo 15, y de las tres finalistas que pasaron a la segunda ronda: Milán, con 25 puntos, y Ámsterdam y Copenhague, con 20 cada una.
En la segunda vuelta, los países eliminaron a Copenhague y, la tercera, acabó en un empate entre Milán y Ámsterdam que se dirimió por sorteo, conforme a las reglas.
Una "enorme bola transparente con dos pequeñas papeletas" y la mano inocente del viceministro de Asuntos Exteriores estonio, Matti Maasikas, como él mismo explicó, determinaron que los 890 trabajadores de la EMA deberán trasladarse a Holanda.
Ámsterdam aún no tiene listo el edificio que albergará la agencia, puesto que prometió hacer uno a medida de sus necesidades, pero su ministro de Asuntos Exteriores, Halbe Zijlstra, aseguró que Holanda garantizará la continuidad de la actividad, de modo que "las medicinas sigan disponibles en el mercado y continúen los controles de las malas medicinas en el mercado europeo".
Más allá de sus cerca de 900 trabajadores, la EMA, responsable de otorgar las autorizaciones para comercializar fármacos en Europa, atrae cada año la visita de unos 35.000 expertos, lo que supone un importante rédito económico.
Ámsterdam se impuso, además de a Barcelona, a Atenas, Bonn (Alemania), Bratislava, Bruselas, Bucarest, Helsinki, Lille (Francia), Oporto (Portugal), Sofía, Estocolmo, Viena y Varsovia, mientras Zagreb, Dublín y Malta, que no precisó en qué ciudad construiría la posible sede, habían decidido retirarse de la carrera.
Por otra parte, París será la nueva sede de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) la agencia que se encarga de diseñar regulaciones específicas para la supervisión de los bancos y que tiene 159 empleados.
Al igual que con la EMA, el futuro de la Autoridad Bancaria se decidió en una tercera ronda y por sorteo entre Dublín y la capital francesa, que habían logrado imponerse en la segunda fase a la alemana Fráncfort, sede del Banco Central Europeo y una de las favoritas en las quinielas.
En la primera ronda habían quedado ya descartadas las otras candidatas: Bruselas, Luxemburgo, Praga, Viena y Varsovia.
La elección de París choca a priori con el criterio "geográfico" que pedía tener en cuenta a aquellos países sin agencia comunitaria, pues Francia tiene ya cuatro: la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (Angers), la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (Valenciennes), la Autoridad Europea de Valores y Mercados (París) y el Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (París).
La ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, defendió que el objetivo de equilibrio geográfico "podría ser extremadamente pertinente para la creación de agencias", pero que en esta ocasión se trataba de "asegurar una transición en las mejores condiciones".
La Comisión Europea debe ahora hacer una propuesta legislativa para los traslados que tendrá que recibir el visto bueno definitivo de los países y la Eurocámara.
FUENTE: EFE