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Fuerzas turcas capturan montaña cercana a un enclave sirio

Fuerzas turcas y combatientes sirios aliados a ellas capturaron el domingo una montaña clave en el noroeste de Siria, mientras su ataque ofensivo para erradicar a la milicia kurda entraba a su segunda semana.

Periodistas de The Associated Press en la ciudad de Kilis, en la frontera de Turquía con Siria, escucharon bombardeos y enfrentamientos constantes al mismo tiempo que un avión turco sobrevolaba la zona y columnas de humo se veían a distancia.

La milicia kurda y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informaron fuertes enfrentamientos en el monte Bursayah, el cual separa al enclave sirio controlado por los kurdos de Afrin de la ciudad de Azaz, también en Siria, controlada por Turquía. A los enfrentamientos les siguió un intenso bombardeo en la zona.

Las fuerzas turcas trataban de capturar la montaña desde el inicio de su ofensiva el 20 de enero, pero se habían enfrentado con una dura resistencia. La milicia kurda conocida como las Unidades de Protección Popular o YPG indicó que los turcos mandaron refuerzos al área luego de los intensos ataques aéreos.

Rami Abdurrahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, dijo que las fuerzas turcas tuvieron el control de la montaña al inicio pero lo perdieron horas más tarde a manos de los combatientes kurdos. La montaña estratégica da a las fuerzas turcas un área con una vista elevada del noreste de Afrin.

Horas más tarde el mismo domingo, las fuerzas turcas afirmaron en un comunicado que los soldados turcos y los combatientes aliados sirios habían capturado la montaña, con la ayuda de ataques aéreos, de helicópteros, de drones armados y de obuses. Abdurrahman dijo que las tropas turcas habían obtenido el control de la montaña y que habían matado a casi una docena de combatientes curdos.

Abdurrahman indicó que los ataques aéreos aterrizaron cerca de la presa principal de Afrin por segunda ocasión desde que comenzó la ofensiva. De momento no había informes de daños o víctimas en la presa del 17 de abril, la cual proporciona agua y electricidad al enclave que alberga a cientos de miles de personas, muchas de las cuales han huido de otras partes de Siria.

El observatorio señaló que documentó las muertes de al menos 46 civiles, incluidos 13 menores, de 66 combatientes de las YPG y de 69 milicianos sirios apoyados por los turcos. Turquía indicó que cinco de sus solados y 15 de sus combatientes aliados habían fallecido.

FUENTE: AP

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