Uruguay definirá “a la brevedad pero sin precipitaciones” el asilo solicitado por el expresidente peruano Alan García, investigado por presuntamente recibir dinero sucio de la constructora brasileña Odebrecht, indicó el martes el vicecanciller uruguayo Ariel Bergamino.
En una entrevista telefónica con la televisora local N, Bergamino dijo que “Uruguay determinara de acuerdo a la urgencia que le asigne al caso, en un plazo prudencial, si accede o no al asilo solicitado”.
El embajador uruguayo en Lima, Carlos Barros, está citado por la tarde a la cancillería peruana para que reciba la posición de Perú ante la solicitud de asilo del exmandatario. El domingo el presidente peruano Martín Vizcarra y el mandatario uruguayo Tabaré Vásquez conversaron por teléfono y Vizcarra le informó a Vásquez que enviarían durante la semana información respecto a la situación de García.
El sábado un juez ordenó a García, de 69 años, permanecer 18 meses en el país luego que la fiscalía decidiera ampliar su investigación por los supuestos delitos de lavado de activos y colusión agravada. La fiscalía afirma que el expresidente recibió 100.000 dólares de dinero sucio de Odebrecht maquillados bajo la apariencia de pagos por una conferencia en Sao Paulo que García realizó en 2012. El expresidente ingresó a la embajada uruguaya en Lima horas después de la decisión judicial.
García es investigado por la construcción de la primera ruta del Metro de Lima culminada en su segundo gobierno (2006-2011), una obra que había empezado en su primer gobierno (1985-1990) y que está plagada de sospechas de corrupción.
En 2016, Odebrecht admitió en un acuerdo con el Departamento de Justicia en Washington que pagó unos 800 millones de dólares en sobornos a políticos de toda Latinoamérica, incluyendo 29 millones de dólares a los gobiernos de Perú.
En 1992 García solicitó otro asilo que fue aceptado e ingresó a la embajada de Colombia en Lima. Retornó a Perú en 2001 cuando los delitos de corrupción por los que se le investigaba prescribieron.