Un intento bipartidista de aumentar los salarios de los legisladores de Estados Unidos, congelados desde hace 10 años, enfrenta obstáculos previsibles y está a punto de fracasar.
El tema ha provocado enfrentamientos en las filas demócratas, donde los legisladores de distritos competitivos que cumplen su primer período rechazan la idea de elevar los salarios.
Ante las protestas, los líderes demócratas resolvieron el lunes por la noche demorar las decisiones sobre la ley anual de financiación de las operaciones legislativas, una medida utilizada por los republicanos en los últimos ocho años para bloquear un aumento automático de los sueldos acorde con el costo de la vida.
El aumento anual está congelado desde el principio de la presidencia de Barack Obama y la mayoría de los legisladores nunca lo han recibido, incluidos los ultraderechistas elegidos en la primera oleada del movimiento conservador Tea Party en 2010.
Los legisladores ganan 174.000 dólares al año, un salario que no es ni de lejos tan rendidor como solía serlo, sobre todo con el aumento de los precios de la vivienda en la capital. Muchos legisladores prefieren dormir en sus oficinas durante las semanas en Washington en lugar de mantener dos viviendas.
Es un dilema terrible, sobre todo para los demócratas que representan distritos disputados. Adicionalmente, también puede surgir en las primarias republicanas.
El tema del salario siempre ha sido dominado por los que poseen información privilegiada, que son cada vez menos. Muchos de los veteranos poderosos que facilitaban la controversia en el pasado y protegían el aumento anual ya se han ido.
El problema del salario se remonta a un paquete bipartidista de 1989 en el cual los legisladores obtuvieron un gran aumento a cambio de desistir de las conferencias pagas, de las cuales abusaban los más influyentes. Las reformas colapsaron tras una batalla olvidada en torno a un proyecto de gastos poco conocido, manejado por el demócrata Steny Hoyer quien desde entonces ha ascendido al puesto número dos en la cámara y es el principal impulsor del aumento.
FUENTE: AP