El presidente iraní, Hassan Rohani, llamó este miércoles a la "unidad nacional" y pidió un cambio importante en la forma de gobernar en su país, admitiendo implícitamente que la catástrofe del avión ucraniano derribado en Teherán provocó una crisis de confianza en las autoridades.
El derribo del Boeing 737, provocado por un misil iraní el 8 de enero causó 176 muertos. Las autoridades no reconocieron de inmediato su responsabilidad en la tragedia, lo que provocó manifestaciones de ira contra el ejecutivo y una ola de indignación desde el sábado.
Por su parte, el guía supremo iraní, Alí Jamenei, anunció que dirigirá la gran oración del viernes en Teherán, anunció este miércoles la agencia oficial Irna.
Aunque él es el imán oficial de la oración de Teherán, suele delegar la tarea en otros, y la última vez que la ofició fue el 3 de febrero de 2012, con ocasión del 33º aniversario del a Revolución Islámica y en plena crisis internacional en torno al programa nuclear iraní.
La tragedia del avión tuvo lugar en un contexto de importantes tensiones entre la República Islámica y Estados Unidos, que tocaron máximos con la eliminación, el 3 de enero en Bagdad, del general Qasem Soleimani, artífice de la estrategia iraní en Oriente Medio, en el ataque de un dron estadounidense.
En represalia, Irán lanzó misiles contra objetivos estadounidenses en Irak, lo que causó importantes daños materiales pero no dejó muertos entre las filas estadounidenses, según Washington.
Horas después, el vuelo PS752 de UIA se estrellaba. Pero hubo que esperar tres días hasta que las fuerzas armadas iraníes admitieron que habían abatido "por error" el avión.
Antes de ello, el gobierno -que afirma que no fue informado de lo sucedido hasta el viernes- había desmentido categóricamente que el Boeing hubiera sido derribado por un misil, tal y como aseguraba el gobierno canadiense desde el miércoles por la noche.
Haciendo alusión a una serie de acontecimientos "trágicos", Rohani declaró que esto debería conducir a "una gran decisión" dentro del sistema político iraní.
"Y esta decisión importante", añadió, "es la reconciliación nacional".
Las elecciones legislativas, previstas para el 21 de febrero, "deben ser la primera etapa", declaró el presidente, en un discurso ofrecido después de un consejo de ministros.
"Permitan a todos los partidos y grupos presentarse [...] estoy seguro de que no tienen nada que perder", declaró, dirigiéndose implícitamente al Consejo de los Guardianes, que se encarga del control de las elecciones, y que suele ser acusado por los reformistas de excederse a la hora de seleccionar candidatos.
"El país no puede estar gobernado por una única ala política. El país le pertenece a todo el mundo", recalcó. "El pueblo quiere diversidad".
El drama del avión ucraniano dio lugar a manifestaciones masivas en las calles y en internet, en las que los ciudadanos daban cuenta de su descontento con el gobierno y desconfianza en las autoridades, a las que acusan de haber querido esconder la verdad.
"Tuvimos a gente en las calles de Teherán manifestándose contra el hecho de que les mentimos durante dos o tres días", admitió por su parte el ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, de visita en India.
"La gente quiere la garantía de que las autoridades la trata con sinceridad, integridad y confianza", sostuvo Rohani, agregando que "el pueblo es nuestro amo" y "nosotros somos sus servidores. El servidor debe dirigirse al amo con modestia, precisión y honestidad".
El presidente instó a las fuerzas armadas a explicar lo ocurrido entre el accidente y el momento en que se anunció la verdad, para que la gente "entienda que no querían esconder nada", agregó.
Asimismo, Rohani les exigió "que pidan disculpas" si hubo un "retraso" en la transmisión de la información.
Por otro lado, el presidente iraní cargó contra los occidentales, empezando por Estados Unidos, a quienes culpó de promover la inseguridad en Oriente Medio con una serie de "errores", como el asesinato de Soleimani, las intervenciones militares en Irak, Yemen y Libia, y las sanciones de Estados Unidos contra el petróleo iraní.
También el rey de Jordania, Abadalá II, expresó su temor a que la tensión entre Estados Unidos e Irán degenere en un "caos indescriptible".
"Una guerra total hace peligrar la estabilidad de toda la región. Además, podría perturbar masivamente el conjunto de la economía mundial (...), pero también provocar un resurgimiento del terrorismo en todo el mundo", advirtió el monarca durante un discurso en el Parlamento Europeo, en la ciudad francesa de Estrasburgo.