La ejecución de cuatro presos políticos en Myanmar provocó protestas y condenas en todo el mundo el martes, entre temores de que los ahorcamientos frustrarán los intentos por poner fin a la violencia e inestabilidad que han agobiado al país asiático desde que los militares tomaron el poder el año pasado.
“Consideramos esto un crimen contra la humanidad”, expresó el ministro de exteriores de Malasia, Saifuddin Abdullah, acompañado por la enviada especial de Naciones Unidas para Myanmar, Noeleen Heyzer, en conferencia de prensa en Kuala Lumpur.
Añadió que las ejecuciones serán uno de los temas de debate en la próxima reunión de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) en Camboya la próxima semana.
Myanmar es miembro de la ASEAN, que busca implementar un acuerdo de cinco puntos para el país que incluya un diálogo entre las partes, asistencia humanitaria, el cese de las hostilidades y la visita de un enviado especial que se reúna con todos los actores políticos.
Con las ejecuciones, expresó Abdullah, “es como que la junta se está burlando del proceso de los cinco puntos”.
Heyzer manifestó que la ONU considera las ejecuciones “una flagrante violación” de “los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad”.
En Bangkok, cientos de personas protestaron frente a la embajada de Myanmar, ondeando banderas y coreando lemas pese a una torrencial aguacero.
“¡Los dictadores usaron su poder de manera arbitraria!” gritó un manifestante entre la multitud, en medio de retratos de Suu Kyi y de los cuatro hombres ejecutados.
FUENTE: Associated Press