Este miércoles 8 de febrero, Costa Rica ha prohibido la pesca del tiburón martillo, carne que es muy demandada por sopa de aleta, por medio de un decreto del presidente Rodrigo Chaves, quien afirmó que la medida es un "ejemplo mundial" en protección de recursos marinos.
La creencia popular sostiene que la sopa de aleta sirve para retardar el envejecimiento, mejorar el apetito, ayudar a la memoria y estimular el deseo sexual
"Desde ahora en Costa Rica, se prohíbe la captura, retención a bordo, transbordo, descarga, almacenamiento, y comercialización de productos y subproductos de los tiburones martillos [...], en parte o entero", señala el decreto.
Chaves destacó que el tiburón martillo "tiene un lugar muy especial en nuestro ADN de conservación ambiental".
"Lo encontramos en nuestros billetes, tenemos santuarios para su protección y miles de turistas nos visitan para observar esta especie que está en peligro de extinción", alegó el mandatario.
La decisión de la CITES (convención suscrita por 183 países y la Unión Europea) constituyó un duro golpe al lucrativo tráfico de aletas, que proporciona el elemento primordial preparar la famosa sopa de aleta en Asia oriental.
En el sur de Costa Rica, en la costa del océano Pacífico, existe el santuario Golfo Dulce, con la Isla del Coco como sitio Patrimonio de la Humanidad que goza de las mayores congregaciones de tiburones martillo, destacó la Presidencia.
Los tiburones réquiem y los martillo representan más de la mitad del tráfico mundial de aletas, que tiene su centro en Hong Kong y que mueve unos 500 millones de dólares al año. Un kilo puede costar hasta 1.000 dólares en los mercados de Asia oriental.
FUENTE: AFP