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Películas, deportes, playa: así es el cautiverio panameño de norcoreanos

COLON ( AFP ) Aire acondicionado, plasma, televisión por cable, zona para fumar, son algunos de los servicios especiales de la base policial panameña donde son retenidos 35 marineros norcoreanos por transportar armas cubanas sin declarar en su destartalado buque.

Los norcoreanos --relata uno de los guardianes-- habitan una vieja lonja de una planta, reconvertida en un improvisado campamento y aledaña a una pequeña playa. En una sola habitación de grandes dimensiones duermen en catres, poseen algunas mesitas donde colocan objetos personales y juegan al ping pong.

Llegar a Fuerte Sherman, la antigua base estadounidense que custodiaba la boca atlántica del Canal de Panamá no es fácil, y menos en época lluviosa en esta zona donde las precipitaciones anuales superan los 3.000 milímetros.

A unos 70 kilómetros al norte de la capital se sale de la carretera principal y un cartel señala el desvío hacia "Shelter Bay", por una vieja carretera llena de pozos y que cruzan, a cada momento e inopinadamente, ejemplares exóticos de la fauna local en abierto desafío a cualquier futuro.

Hace cinco siglos esta misma ruta era utilizada por los conquistadores españoles para transportar el oro peruano desde el Pacífico hasta el Caribe y embarcarlo a la metrópolis para financiar la gran juerga española del siglo XVI y XVII, si lograban evadir a los corsarios ingleses que asolaban la zona.

Ya en una garita de vigilancia de esta base, a cargo del Servicio Nacional Aeronaval (Senan), uno de los guardias relata a la AFP: "ellos (los marineros) tienen todas las comodidades. Incluso, la vigilancia que se les hace es a distancia para que no se estresen".

Lejos de las penurias del barco, practican deportes. Juegan baloncesto y tenis de mesa. También "tienen otro juego de su país, pero no sé de qué se trata", dice el guardián mientras revisa los documentos del equipo periodístico de la AFP.

Alrededor sus camaradas inspeccionan con minuciosidad exasperante el vehículo y sus maleteros. Más allá otros montan guardia con fusiles de asalto.

Detrás esperan, con paciencia, los turistas que abarrotan un autobús. Ellos sufrirán el mismo protocolo para seguir rumbo a la adyacente fortaleza San Lorenzo, con la que los españoles querían evitar la amenaza pirata, y cuyas ruinas son Patrimonio de la Humanidad desde 1980.

"Hay dos o tres (marineros norcoreanos) que son un poco más rebeldes", dice a la AFP otro miembro de la aeronaval con uniforme camuflado, mientras tres gatos, (a los que el informante identifica como "Trueno", "Relámpago" y "Cigüeña"), desde un sitio a la sombra también vigilan los movimientos de los molestos reporteros que perturban la hora de la siesta.

Los coreanos "comen lo mismo que el resto. De aquí van a salir bien gordos", asegura frente a Sherman una fuente que tiene contacto regular con los marineros.

En esa cárcel los asiáticos gozan de privilegios muy poco habituales para el común de los panameños. Tienen televisión por cable, zona de deportes y hasta un sitio para fumar, hábito muy perseguido por las autoridades locales.

"Tienen aire acondicionado. No vamos a decir que están en un hotel cinco estrellas pero para lo que están pasando ellos, están bien" instalados, dijo Jaime Fernández, el presidente de la Cruz Roja panameña.

"Me sorprendió ver al capitán en primera fila viendo televisión tranquilamente", dijo a la AFP Fernández.

Detrás del nuevo "hogar" de los norcoreanos hay también una pequeña playita. Incluso, han visto películas que han solicitado a las autoridades panameñas, mientras otros juegan a los naipes.

Algunos de los uniformados sospechan que entre los norcoreanos pueden haber militares, pero el fiscal Javier Carballo dice carecer de elementos que prueben algo así.

El manifiesto los declaraba "como tripulación para un buque mercante" aunque "faltará ver con el transcurrir de la investigación si se logra determinar que alguno de ellos tengo algún tipo de estudio o carrera militar".

Al menos hasta ahora los norcoreanos detenidos se han negado, en forma unánime y con disciplina castrense, a declarar o colaborar con los panameños. "Se han negado a hablar sobre el tema. Ser coreano del norte impone una disciplina", dijo este martes el canciller panameño, Fernando Núñez.

FUENTE: Agencia AFP