DETROIT ( AP ). Cuando a los estadounidenses se les menciona la marca Nissan, la mayoría piensan en el Altima, pero no se les ocurre prácticamente ningún otro modelo.
Ese sedán es el segundo automóvil más vendido en Estados Unidos y es el auto que Nissan vende más, por mucho. Cuando salga a la venta el nuevo modelo en julio, probablemente será un éxito.
Sin embargo, los otros modelos de Nissan _como el compacto Sentra y el Cube, con aspecto de caja_ pasan apuros para atraer compradores, sin importar mucho que las ventas de automóviles están aumentando. Son anticuados, ineficientes o simplemente tienen un diseño raro para el consumidor norteamericano.
Para colmo, carecen de diseños uniformes, lo cual hace que los clientes no se apeguen a la marca cuando compran un auto de mayor o menor tamaño al que están por cambiar. Eso le dificulta a Nissan conservar clientes o atraer nuevos en Estados Unidos.
La compañía espera atraer a los estadounidenses con algunos modelos nuevos en segmentos cruciales. Además del Altima, Nissan sacará nuevas versiones del Versa hatchback, el Sentra y las camionetas deportivas Pathfinder y Rogue en los próximos 15 meses.
La empresa ha prometido poner más énfasis en el ahorro de combustible, ofrecer interiores más lujosos, diseño atractivo y homogéneo, así como una tecnología actualizada en el tablero de instrumentos. La nueva Pathfinder, por ejemplo, será más ligera y ágil, lo cual mejorará el ahorro de combustible y le dará más suavidad de manejo.
Los nuevos vehículos deberían ayudar a Nissan a salir de la sombra de sus competidores japoneses, Toyota y Honda, que han superado a Nissan en ventas en Estados Unidos en casi todos los años desde fines de la década de 1980.
El Camry de Toyota, el sedán más vendido en Estados Unidos, superó al Altima por 40.000 vehículos el año pasado, y Toyota tuvo el 14% del mercado estadounidense en los primeros tres meses de este año, en comparación con el 9% para Nissan. Esta superó a Honda por apenas 2.000 automóviles más en ese periodo, pero para lograrlo recurrió a algunos de sus peores hábitos, entre ellos la oferta de incentivos altos y ventas poco rentables a flotillas de empresas de alquiler.
Nissan perdió clientes estadounidenses en la década de 1990, cuando tuvo problemas financieros y produjo automóviles anodinos.
Su director general, el brasileño Carlos Ghosn, hizo que la compañía volviera a tener números negros a principios de la década de 2000 después que la francesa Renault S.A. adquirió una participación en la empresa japonesa en 1999 y él se embarcó en una profunda reestructuración.
La hazaña de Ghosn es tan celebrada en Japón que incluso hay una historieta de dibujos animados donde él es el protagonista.
Las ganancias le han permitido a Nissan invertir en productos innovadores como el Leaf, el primer automóvil totalmente eléctrico que se vende en Estados Unidos y la Murano CrossCabriolet, la única camioneta deportiva convertible en el mercado.
Sin embargo, Ghosn quiere ir más allá. Dice que la mejoría en la calidad de los productos Nissan y la amplia oferta de modelos debería justificar una participación del 10% del mercado estadounidense. Eso requeriría que la empresa vendiera 400.000 automóviles y camiones más que el millón que vendió el año pasado.
El aumento en las ventas en Estados Unidos es parte del plan de Ghosn de tener una participación del 8% del mercado mundial para 2016, dos puntos porcentuales más de la que registró en 2011. El líder actual, General Motors Co., tiene una participación de 11,9%.
FUENTE: Agencia AP