Fiel a su naturalidad y simpatía habituales, la actriz Jodie Comer no ha tenido reparo en ofrecer todo tipo de detalles sobre la noche tan peculiar que vivió el pasado domingo en Los Ángeles y, concretamente, en las horas posteriores a la ceremonia de entrega de los premios Emmy, donde se hizo con un más que merecido galardón como protagonista de una de las series más aclamadas del momento, la tragicomedia 'Killing Eve', creada por Phoebe-Waller Bridge.
"Estaba demasiado cansada después de un día tan largo y además todavía sigo algo congestionada. Me quedé a tomar un par de copas con mis agentes y el equipo de 'Killing Eve', y sobre todo comí mucha pizza", ha revelado la artista británica antes de aclarar a la revista Variety que la voz que presentaba durante su entrevista no era demasiado propia de ella. "Por cierto, mi voz no es normalmente así. Creo que sueno un poco como Marge Simpson", ha añadido en tono jocoso.
Teniendo en cuenta que en la edición del año pasado fue su compañera en la producción de la BBC, Sandra Oh, quien subió al escenario para recoger la misma estatuilla, Jodie estaba convencida de que la historia se repetiría este septiembre y eso la llevó a convencer a sus padres de que no se molestaran en acudir a la gala para apoyarla.
Afortunadamente, sus progenitores no despegaron los ojos de la pantalla del televisor por si su famosa hija fallaba estrepitosamente en su predicción, como así ocurrió.
"Habría sido genial llevar a mis padres a estas cosas. Pero les dije: 'Oh, no, relajaos, no ha llegado mi momento todavía'. En cualquier caso, montaron una fiesta en casa y estuvieron bebiendo mientras lo veían todo. Me llamó la atención que todavía siguieran levantados, me impresionó mucho. Me contaron que hubo muchas risas, gritos, lágrimas... Significa mucho para mí que estuvieran tan orgullosos", ha manifestado.