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¿Ángel o demonio?

A veces uno piensa que se las sabe todas y es entonces que la vida te sorprende y te dice "este es mi juego y estas son mis reglas". ¿No les ha pasado?

Bueno, ya se imaginarán sobre qué voy a contarles. Sí, sobre Isabel, la chica pura, casta y virginal que yo creía que era la mujer de vida. Pero no voy a comenzar por el final.

Con Isabel las cosas iban bien al principio. Muchos besitos, caricias y abrazos… pero hasta allí. Lo que yo no quería era que siendo ella así tan "novata" en esto del amor, se enfrentara con un tipo como yo que piensa en ir al cuero de una vez. Así que decidí aplazar cualquier esfuerzo por pasar a segunda base o algo más.

Me costó mucho. ¿Qué puedo decir? Mi amiguito es inquieto por naturaleza y ella me ponía cada vez más… caliente.

Pero aun así yo seguía feliz. Era como tener un amor adolescente ochentero. Sí, ochentero, porque los de ahora no son así.

Eso sí, andaba muy distraído. Mis amigos me regañaban. Como estaba todo el día frustrado por no poder avanzar más estaba descuidando hasta mi trabajo.

Mientras que Paola me reclamaba por la forma en que me pongo cada vez que conozco a una mujer, Hugo me echaba en cara que lo que yo tenía era la "relación más aburrida sobre la faz de la tierra".

Y la profecía se hacía realidad. Pues sí, esas bellas intenciones que yo tenía de llevar la relación a un nivel máximo de integridad y respeto mutuo no sé si fueron la estrategia que debí utilizar.

Uno de esos días que estábamos en mi casa, comenzó la besadera y la tocadera y vi cómo Isabel se iba emocionando, y yo también, así que lo tuve que parar. Claro, yo quería que eso pasara. Yo quería que ese momento fuera especial. Y como yo había tomado y ella también (se tomó una piña colada), yo sé que estaba más desinhibida de lo usual. Así que en consecuencia yo tuve que poner el alto.

Y allí lo vi… vi como mi dulce Isabel se iba trasformando en un demonio. "En serio tú crees que una piña colada me tiene así", me dijo, y después sentenció con una frase que nunca olvidaré en lo que me queda de vida: "VÍCTOR, DAS PEREZA"

Cuando se fue entendí todo. Ella no era ninguna santita, ella quería lo suyo, pero lo vine a entender muy tarde.

Cero y van dos, pareciera que el amor no fuera para mí. ¿Qué hago mal? Qué alguien me diga por favor... la traté como una princesa, hice todo lo que ella quería ¿En dónde estuvo el error?

En realidad, lo que ella quería era "eso". ¿Ya van entendiendo porqué llame este blog 1/4 pa las 12?

Saludos!

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