Cientos de montevideanos y turistas se echaron hoy a la calle para disfrutar con el desfile de Llamadas, la marcha culmen y de mayor apogeo del carnaval uruguayo, que recorre los antiguos barrios Sur y Palermo de la ciudad al ritmo de la música candombe que marcan las comparsas de negros y lubolos.
El carnaval uruguayo, que dura 40 días y está considerado el más antiguo del mundo, es la fiesta más popular del país y da cabida a medio centenar de comparsas en su concurso oficial.
Entre murgas, humoristas, revistas y parodistas, son los negros y lubolos los que protagonizan por completo el desfile de hoy, el más masivo y folclórico de todo el movimiento carnavalesco uruguayo, con sus tambores repicando candombe y sus bailarinas cimbreando las caderas.
"Tal es así que en los años 50 de se decía que lo único auténtico eran los tambores del desfile de Llamadas", dijo a Efe el presidente de la Asociación Civil Africanía, Tomás Olivera, parafraseando al musicólogo uruguayo Lauro Ayestarán.
"Es la alegría del carnaval, lo representativo de nuestra raza. Los tambores, los bailarines, las mama viejas (representan a las antiguas amas de llaves del Uruguay colonial)... No se imaginan lo que se siente cuanto año tras año se vuelve a ver esto", dijo una señora de origen afrouruguayo que contemplaba el desfile.
Por Barrio Sur y Palermo pasearon hoy un total de 19 agrupaciones, a lo largo del kilómetro y medio que abarcan las calles Carlos Gardel e Isla de Flores, encabezadas por la reina de Llamadas, Romina Reinaldo, y sus vicerreinas, Tamara Rodríguez y Gimena Paola Fortes.
Los portaestandartes y portabanderas, encargados de lucir los colores y emblemas de las comparsas, abrieron el desfile de cada grupo.
Detrás de ellos marcharon los personajes típicos de la fiesta: los gramilleros (una especie de brujos), las mama viejas, los escoberos (malabaristas con la escoba), y las vedetes, todos danzando al son del candombe, expresión del folclore uruguayo que llegó al país con los esclavos africanos.
A continuación el cuerpo de bailarinas, maquilladas y envueltas en coloridos trajes repletos de lentejuelas y plumas, que avivaron las viejas y estrechas calles de esta parte de la ciudad, cuna de los afrouruguayos y de dos variaciones rítmicas del candombe: la de Cuareim (Barrio Sur) y el de Ansina (Palermo).
Un único tipo de tambor pero en varios tamaños, chico, repique, piano y bombo, y cientos de tamborileros disfrazados y con el rostro pintado marcaron el ritmo y se dejaron las manos sobre el instrumento hasta incluso provocarse heridas.
"El candombe y las Llamadas son algo muy uruguayo, me encantan", indicó una joven espectadora.
El eufórico público vibró al paso de cada grupo, principalmente con las bailarinas y vedetes, que con vestidos ligeros de ropa y muy provocativos contonearon las caderas con movimientos no aptos para todos los públicos y sólo imitables por personas en buen estado de forma.
"El candombe es de los negros, pero lo gozan los demás", dice uno de los temas más populares del carnaval uruguayo, que rinde homenaje en el día de hoy a esta música de viejas raíces afro con la que los esclavos recreaban los ritos de su antigua tierra.
Para Tomás Olivera, el desfile de Llamadas "es el verdadero y más importante hecho folclórico" del país", aunque diferencia entre el concurso de los desfiles de hoy y mañana y las salidas espontáneas que se producían en el barrio al sonido de los tambores.
"Salían cuatro o cinco tamborileros primero, y poco a poco se iban sumando al grupo otros más que se llamaban con su sonido", explicó.
Todavía hoy los domingos varias comparsas salen a tocar por las calles del barrio Sur y Palermo.
"Es un hecho cultural que se transmite de generación en generación, que es anónimo, que no se sabe cómo se inventó, que es espontáneo y tradicional, y todas esas cosas son características del desfile de Llamadas de tambores", indicó Olivera.
"El oficial tiene un carácter más turístico y comercial, se deja un poco de lado la tradición y está todo organizado", aseveró.
La asociación que representa Olivera ofrece cursos de candombe, de percusión y de baile, y radica en uno de los epicentros del desfile de Llamadas, el barrio Reus al Sur.
Junto con Palermo, son los distritos en los que surgieron las primeras comparsas y en los que todavía residen la mayor parte de los afrodescendientes uruguayos.
"Es un barrio tamborilero, candombero, es el primer barrio de carácter comunitario, destinado a inmigrantes que llegaban por oleadas a final del siglo XIX de distintas partes de Europa, pero sobre todo de España e Italia", explicó Olivera.
A partir de 1900 comenzó a recibir inmigración de población afro, hasta el punto de que "en un determinado momento más del 50 % eran negros", añadió el representante del barrio Sur.
Mañana viernes, 20 comparsas más completarán las Llamadas, divididas en dos días por el creciente número de participantes y de expectación popular.
FUENTE: EFE