WASHINGTON (AP). Un crecimiento de la economía estadounidense del 2% anual puede ser tolerable en tiempos normales, pero en la actualidad la cifra significa casi un desastre.
Una tasa de crecimiento de 5% o más en el Producto Interno Bruto es necesario para que incida en una reducción en la tasa de desempleo del país, del 9,6%. Hay dos razones por las que es poco probable que cambie hasta bien entrado el próximo año y tal vez más allá:
_ La construcción, tanto la residencial como la comercial, se desplomó el año pasado y no se espera que recupere su fuerza sino hasta varios años después. Normalmente, después que concluyen las recesiones, la construcción retoma fuerza gradualmente y alimenta una nueva expansión económica.
_ La recesión que comenzó en diciembre de 2007, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, se convirtió en la Gran Recesión una vez que la crisis financiera estalló en septiembre de 2008. Las recuperaciones económicas que siguen a las crisis financieras son normalmente de larga duración. Los bancos suelen tardar años en volver a prestar con normalidad.
"Para que realmente tengamos un nuevo día en Estados Unidos y consigamos la sensación de que tanto la gente como los puestos de trabajo están recuperándose, me gustaría ver algo parecido a un 5%" de crecimiento económico anual, dijo el economista Josh Bivens, del Instituto de Política Económica, en alusión a los anuncios de campaña para la reelección de Ronald Reagan en 1984.
No es probable que eso suceda pronto. La firma Macroeconomic Advisers no espera que el mercado laboral recupere todos los empleos perdidos sino hasta 2013, por lo menos. Otros economistas dicen que podría ser hasta 2018 o después.
El gobierno estadounidense informó el viernes que el PIB de la nación, la medida más amplia de los bienes y servicios producidos, creció a una tasa anual del 2% entre julio y septiembre. El PIB había crecido a una tasa anual de 1,7% en el segundo trimestre.
Los economistas afirman que se necesitaría un crecimiento del PIB de 3% sólo para impedir un aumento en la tasa de desempleo debido al aumento en el número de estadounidenses que alcanzan la edad laboral y de los inmigrantes que llegan al país.
Sería necesario un crecimiento adicional de dos puntos porcentuales al año para reducir la tasa de desempleo en un punto porcentual.
Por lo general son robustas las recuperaciones que siguen a las recesiones.
Después de que llegara a su fin la recesión de 1981-1982, la economía estadounidense tuvo un auge en 1983 y 1984. El PIB tuvo un tramo en el que logró un crecimiento a un ritmo anual de 8% o más durante cuatro trimestres consecutivos.
La economía generó 3,5 millones de empleos en 1983 y 3,9 millones, en 1984. La tasa de desempleo bajó un tercio en sólo dos años, al pasar de 10,8% a 7,2%.
En contraste, desde que se declaró oficialmente el fin de la Gran Recesión en junio de 2009, la economía ha perdido 439,000 empleos netos. La tasa de desempleo alcanzó 9,5% en junio del año pasado.
El inicio de la recesión de 1981-1982 se debió principalmente a que el entonces presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, elevó las tasas de interés de corto plazo hasta 20% en 1980 para sanear a una economía con una inflación de dos dígitos.
Reencender la máquina económica fue sencillo: Volcker redujo a la mitad las tasas de interés de largo plazo en un año.
La baja de las tasas funcionó y reanimó al mercado de la vivienda. Esto creó empleos para los obreros de la construcción, amplió el mercado de los materiales de construcción y estimuló la demanda de los consumidores por aparatos y muebles. Alentadas, las empresas pidieron prestado, invirtieron y contrataron personal.
Sin embargo, ya no es opción disminuir las tasas de interés. La crisis financiera fue tan severa en el tercer trimestre de 2008 que la Fed redujo en diciembre las tasas de corto plazo a casi cero, a fin de impedir otra depresión.
Las tasas de largo plazo también fueron reducidas de manera drástica. Hoy, los consumidores y empresas tienen incapacidad o indisposición para aumentar su deuda, y muchos bancos son renuentes a prestar. El crédito bancario se ha contraído en cinco de los últimos seis trimestres.
El mercado de las vivienda, que normalmente es un motor del crecimiento del empleo, se encuentra en recuperación.
La Asociación Nacional de Constructores de Vivienda prevé que los empresarios del sector edificarán este año 605.000 casas y apartamentos. La cifra representa poco menos del 70% de los 2,1 millones de unidades en 2005, cuando el sector alcanzó el nivel más alto de su auge.
"Podemos esperar un crecimiento fuerte, pero no ocurre", dijo el economista Joel Naroff, de la firma Naroff Economic Advisors. "Una recuperación robusta jamás fue posible debido a que no desaparecerán de la noche a la mañana los problemas en los sectores de vivienda y financiero", agregó.
FUENTE: Agencia AP