La cuenta regresiva hacia un posible impago de la deuda del gobierno estadounidense está por comenzar, y las fricciones entre el presidente Joe Biden y los legisladores republicanos generan temores acerca de si el país podrá esquivar una crisis económica en potencia.
Hasta el momento los mercados permanecen en calma porque el gobierno puede recurrir por ahora a maniobras contables para permanecer abierto, y cualquier amenaza a la economía estaría a varios meses de distancia. Muchos analistas, a pesar de sus temores, dan por sentado que habrá un acuerdo.
Pero este momento parece más tenso que otras ocasiones similares anteriores debido a las grandes diferencias entre Biden y el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, quien encabeza un bloque republicano arisco.
Estas diferencias acrecientan el riesgo de que el gobierno podría incumplir sus obligaciones financieras por razones políticas, un problema que remecería los mercados financieros y, de no resolverse, hundiría a la primera economía mundial en una recesión totalmente evitable.
La pareja tiene varios meses para forjar un acuerdo, mientras el Tesoro aplica sus “medidas extraordinarias” para mantener al gobierno en funcionamiento, al menos hasta junio. Pero la hostilidad partidista que no deja de acumularse desde hace años ha conducido a un conjunto conflictivo de exigencias que pone en peligro la capacidad de los legisladores para trabajar juntos y cumplir un deber fundamental.
Biden insiste en un aumento del límite para que se puedan cumplir las obligaciones financieras vigentes, y se niega siquiera a hablar con los republicanos. McCarthy reclama negociaciones que él cree conducirán a reducciones del gasto. No está claro cuánto quiere recortar y si sus correligionarios republicanos aceptarían acuerdo alguno después de un inicio conflictivo del período de sesiones que requirió 15 rondas de votación para elegir a McCarthy presidente de la cámara.
Preguntada dos veces el miércoles si existían indicios de que los legisladores republicanos pueden garantizar que se evitará el impago, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que tienen la “responsabilidad constitucional” de proteger la buena fe y el crédito del país. No aclaró si la presidencia ve señales a esta altura de que el peligro del impago ha desaparecido.
FUENTE: Associated Press