Fusun se encuentra junto al cuerpo de su hijo Harun, y allí estaba también Cihan y le dijo a Fusun que Harun tenía un arma y que se había disparado el corazón, quitándose así la vida. Fusun le pregunta como él se había enterado del hecho porque su hija Yaren le avisó.
En el cementerio está Miran con su madre Dilsah que dice que Azize la quiere matar; todo es observado por Fusun que estaba en su auto.
Luego Dilsah le dice a Reyyan y Miran, que le rogaba a Azize que le mostrara a su hijo, pero le decía que estaba muerto. Mientras Reyyan la consolaba, le dijo que ella era su nuera, Dilsah se le acercó y le preguntó si era él era el niño que había dado a luz, que él era la luz de sus ojos, que resistió mucho, le preguntó como creció sin su madre; todo esto, mientras Miran lloraba.
Azize recuerda con Miran cuando él estaba pequeño; por qué un día no había ido a la escuela, Miran le compró una libélula para el día de la madre. Azize se siente arrepentida por todo el daño hecho.
Azize también dijo que le había dado una niña a Dilsah, diciéndole que le aceptara como su hija. Miran le dice “gracias a Dios no llevo tu sangre”.
Por otro lado, llega Fusun con el ataúd de Harun, diciendo “que Dios nos proteja”; no quiere que nadie llore porque el culpable debe llorar. Fusun duda del suicidio. Dijo que fueron 3 balas que sufrirá el que mató a su hijo. Cuestionó a Yaren sobre dónde estaba, y ella dijo que estaba desanimada.