El sexto episodio de 'The Last of Us' muestra una comunidad de supervivientes que ha conseguido establecer cierta sensación de normalidad y que cuenta con comodidades que se han convertido en un raro lujo, como electricidad y agua corriente. Al llegar allí, el personaje de Ellie recibe ropa nueva para cambiarse y una copa menstrual que le llama la atención porque nunca antes había visto una. Ella misma reconoce que es un regalo raro, pero la mujer encargada de hacérselo le recuerda que también es uno muy práctico.
Las historias sobre mundos en los que la sociedad ha colapsado -en este caso a causa de un hongo, no de una infección zombie- suelen hacer mucho hincapié en la importancia de encontrar suministros y un lugar seguro para vivir.
Pocas veces se mencionan productos de primera necesidad como tampones o compresas, pero la serie que protagonizan Pedro Pascal y Bella Ramsey ha sido la excepción.
La popularidad de las copas menstruales se ha disparado tras la emisión del episodio el anterior fin de semana. La compañía The Flex Co. afirma que las ventas han multiplicado en un 400 por ciento y otras como Cora Life han celebrado la noticia porque da visibilidad a una alternativa a los productos de higiene menstrual tradicionales, que además es reutilizable y más respetuosa con el medio ambiente.
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