TRÍPOLI (AFP). Trípoli fue una vez más objetivo de intensos bombardeos de la OTAN, que trata de provocar la caída del líder Muamar Gadafi, cuando a nivel internacional surgen nuevas voces cuestionando los ataques de la coalición, que, según Rusia, se apartan gravemente del mandato de la ONU.
Ocho poderosas explosiones se escucharon el martes a las 23H00 (21H00 GMT) en el sector de Bab Al-Aziziya, residencia del coronel Muamar Gadafi, según un periodista de la AFP. Una espesa columna de humo blanco se elevaba del sector.
En la tarde, otros ataque fueron lanzados contra Tajura, suburbio del este de la capital, y contra Jomas, a 100 kilómetros al este de Trípoli, según la agencia libia JANA.
El sector de Bab Al-Aziziya ya había sido en la noche anterior blanco de los ataques de la OTAN. Tres personas murieron y 150 quedaron heridas en este bombardeo, según el régimen libio.
Esta intensificación de los ataques se produce cuando la cuestión de la partida del coronel Muamar Gadafi se hace cada vez más urgente entre los miembros de la coalición dirigida por la OTAN.
Francia indicó que desea acentuar la presión militar y acelerar la búsqueda de una solución política en Libia, para limitar al máximo "a algunos meses" la duración de la intervención militar extranjera.
De su lado, Estados Unidos afirmó que el dirigente libio debía dejar el poder y abandonar el país, con motivo de la visita al bastión de los insurgentes en Bengasi, del subsecretario de Estado para los asuntos del Medio Oriente, Jeffrey Feltman.
En la OTAN han surgido voces para explicar que el objetivo final de la coalición que comenzó a intervenir el 19 de marzo por mandato de la ONU, es la salida de Muamar Gadafi.
"Se dice que hay que acelerar, aumentar el ritmo de nuestras operaciones, para que el fruto caiga solo", indicó el martes a la AFP un alto responsable de la OTAN que mantuvo el anonimato, agregando que el objetivo es que "a fines de junio o comienzos de julio, Gadafi haya caído".
Pero de su lado, Rusia consideró que la intensificación de los ataques aéreos contra la capital libia, es una "buda deriva" con respecto al mandato de la ONU.
"Una vez más nos llegan informaciones inquietantes desde Libia sobre importantes ataques aéreos en Trípoli de parte de las fuerzas de la coalición", indicó el ministerio en un comunicado.
"Se trata de una nueva deriva grosera con respecto a las resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de seguridad de la ONU ", prosiguió el comunicado.
El 17 de marzo, Rusia, miembro permanente del Consejo de seguridad, se había abstenido de usar su derecho a veto cuando se votó la resolución 1973 que autorizó la intervención de una coalición internacional en Libia.
Desde entonces, Moscú ha criticado airadamente los bombardeos de la coalición, considerando que sobrepasan el mandato definido por las Naciones Unidas.
Francia anunció el envío de helicópteros de combate para efectuar ataques "más precisos", mientras Londres señaló no haber aún decidido desplegar este tipo de aparatos.
En el plano diplomático, el presidente sudafricano Jacob Zuma prevé viajar a Trípoli, la semana próxima, para discutir con el coronel Gadafi sobre una estrategia que le permitiría dejar el poder, según fuentes de la presidencia.
Este miércoles y el jueves, la Unión Africana (UA) que en las últimas semanas ha manifestado cada vez más abiertamente su desacuerdo con los ataques de la OTAN contra las instalaciones del régimen libio, celebrará una cumbre extraordinaria al respecto.
"Ya prácticamente no se respeta la letra ni el espíritu (...) de la resolución 1973 de la ONU, que es de carácter humanitario y se basa en la responsabilidad de proteger" a la población civil, dijo la semana pasada el presidente de la Comisión de la UA, Jean Ping.