BRASILIA (AP). Las lluvias de la última semana trajeron un pequeño alivio a las reservas hidroeléctricas de Brasil, en su nivel más bajo en la última década, pero el país aún encara una situación delicada para equilibrar su demanda de energía con la oferta existente.
El gobierno dio garantías de que no existen posibilidades de enfrentar una escasez energética que obligue a racionar la electricidad como ocurrió en 2001 gracias a que el país cuenta con una extensa red de transmisión y un parque de generación termoeléctrica que puede suplir las carencias de la generación hidroeléctrica. Pero analistas alertan que la situación del abastecimiento eléctrico continúa siendo preocupante.
" El retrato de la situación de hoy es de incomodidad porque estamos utilizando todas las municiones que tenemos, todas las plantas termoeléctricas están encendidas y los reservorios están en un nivel muy bajo. Ahora sólo nos queda esperar más lluvias ", dijo a The Associated Press el ingeniero Claudio Sales, presidente del Instituto Ascende de análisis energético.
En el mismo sentido, una evaluación del Eurasia Group, de Estados Unidos, alertó que con las plantas térmicas en plena capacidad, un año de bajas lluvias podría tener un impacto negativo en el abastecimiento eléctrico de 2014, con potenciales consecuencias graves para la economía.
Un 80% de la electricidad generada en Brasil proviene de sus plantas hidroeléctricas y el país dispone de una red extensa de plantas térmicas operadas a gas natural, diésel o bagazo de caña que son accionadas anualmente para cubrir eventuales declives en la generación en la temporada seca.
Fue el caso de este año, que llegó a la última semana de diciembre y primera de enero, en plena temporada lluviosa, con una situación preocupante en los reservorios hidroeléctricos. Las plantas del sureste del país, la región más industrializada, estaban a 29% de su capacidad, las del sur a 35%, las del noreste a 33% y las del norte a 18%.
La situación generó consternación porque los reservorios del sureste responden por 70% de la capacidad de almacenamiento del país y el noreste atiende 18%, y en su conjunto estaban en niveles especialmente bajos.
Lluvias caídas en la última semana permitieron elevar los reservorios hidroeléctricos en 1%, según el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (OSN), órgano estatal que controla la red de generación, transmisión y distribución de electricidad en el país.
En medio de los temores por un desabastecimiento eléctrico, que amenazaría la expectativa del gobierno de un crecimiento económico de 4% para 2013, el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, ha dado garantías de que el país dispone de energía suficiente.
" La seguridad del sistema eléctrico brasileño se basa, en gran parte, en el hecho de estar constituido de diversas fuentes de producción de energía ", escribió Lobao en un artículo de opinión publicado el fin de semana en el diario Folha de S. Paulo. "Para compensar los períodos de baja en los reservorios de las hidroeléctricas, disponemos de un parque térmico alimentado a gas, diésel y biomasa, además de un parque eólico en franca expansión", agregó.
Brasil tiene una capacidad instalada de generación de 121.000 megavatios de electricidad, que el gobierno pretende duplicar en los próximos diez años.
No obstante, Sales recordó que al comienzo de 2012 los reservorios hidroeléctricos estaban en un nivel elevado, las lluvias a lo largo del año fueron suficientes y la economía creció poco, con proyecciones de 1% de expansión del producto interno bruto, por lo que no hubo una demanda desmesurada de energía.
A juicio del analista, el país llegó a la actual situación de dificultades por una serie de problemas en la planificación del sistema energético. Destacó que cuando el gobierno abre licitaciones para instalar plantas generadoras, los criterios tomados en cuenta son únicamente cantidad de energía ofrecida y precio bajo.
Con ello, no ha tomado en cuenta otros factores como la ubicación de la planta, que muchas veces acaba situada en un lugar distante de la red de interconexión, lo que hace ineficiente la transmisión de la energía generada para incorporarla a la red nacional.
Además, consideró que ha faltado rigor a la hora de otorgar licitaciones a empresas que no tienen experiencia en el sector energético. Fue el caso de una licitación de 2009, otorgada una empresa de producción de alimentos, que se comprometió a instalar una planta de 5.000 megavatios que entraría a funcionar en 2012 pero que hasta la fecha no ha operado.
Aun así, Lobao aseguró que en 2012 entraron en operación 3.548 megavatios de energía y 2.777 kilómetros de líneas de transmisión que se sumaron a la red de 106.000 kilómetros de líneas. Para el año en curso el gobierno espera agregar 8.500 megavatios y 7.800 kilómetros de líneas de transmisión, que consideró suficientes para cubrir un crecimiento de la demanda.
Las promesas del gobierno ayudaron a espantar los temores de un racionamiento eléctrico inmediato, pero aún persisten los recuerdos de 2001, cuando el país tuvo que racionar la energía en medio de una fuerte sequía que dejó a los reservorios hidroeléctricos sin agua.
Sin embargo, el ministro de Minas y Energía de aquel año, Rodolpho Tourinho, reconoció que la situación ha cambiado desde mayo de 2001, gracias a la fuerte inversión en generación y transmisión eléctrica realizada en la última década.
" Lo que se está observando es el nivel de los reservorios cuando debería verse el nivel de los reservorios y la capacidad de generación térmica ", destacó Tourinho, actual presidente del Sindicato Nacional de la Industria Pesada. " Lo que pasó en 2001 es que no había generación térmica ni se pudo hacer un programa de emergencia " para generar más energía.