Una gran cantidad de manifestantes rodearon el jueves edificios de varias agencias gubernamentales en la capital de Tailandia para mantener la presión sobre la primera ministra para que renuncie y cancele la elección del próximo mes.
Las marchas hacia el Departamento de Ingresos Fiscales, el Ministerio de Salud y otras oficinas parecían una manera de sostener el impulso ante un descenso en el número de manifestantes que han bloqueado intersecciones cruciales en Bangkok durante cuatro días en un intento de paralizar el gobierno de la primera ministra Yingluck Shinawatra. Su cifra podría aumentar nuevamente este fin de semana.
Los adversarios de Yingluck, en su mayoría de las clases medias y altas del sur y las urbes del país, dicen que ella sigue las prácticas de su multimillonario hermano al utilizar la fortuna de la familia y fondos estatales para influir en los votantes y afianzarse al poder.
Pero ella cuenta con apoyo amplio entre la mayoría pobre de Tailandia de las zonas rurales campo debido a las políticas populistas realizadas por su hermano, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, quien vive en el autoexilio para evitar ser encarcelado por una condena por corrupción.
Las protestas de esta semana han sido mayormente pacíficas, aunque se han registrado varios actos de violencia a medianoche en sitios de reunión de manifestantes y se han lanzado explosivos como fuegos artificiales pequeños a las casas de líderes de la protesta, según la policía.
Desde el inicio en noviembre de la ola más reciente de protestas, han muerto al menos ocho personas y han resultado heridas más de 450.
A pesar de la presión de los manifestantes, Yingluck ha dicho reiteradamente que se realizará la elección parlamentaria del 2 de febrero. Ella disolvió el Parlamento y llamó a una elección adelantada para desactivar la presión que ha crecido en los últimos tres meses.