Estados Unidos pidió a Europa el miércoles liberarse de una peligrosa dependencia del gas ruso, señalándole que es tiempo de mantenerse unidos y poner fin al uso que da el Kremlin a los suministros de energía como influencia política.
No se mencionó la renuencia de la Unión Europea a seguir precipitadamente a Washington hacia la extracción de gas de esquisto, que ha transformado el escenario de la energía global y ha convertido a Estados Unidos de importador a un exportador emergente. Ni su negativa a adoptar de nuevo por completo la energía nuclear luego del desastre en la planta de Fukushima en Japón.
Y aunque tratara de independizarse, a Europa le llevaría años desarrollar fuentes prometedoras de energía, como los depósitos de gas de esquisto en Ucrania y Polonia... y sin garantías de éxito.
La dependencia de Europa en Rusia para una tercera parte de sus necesidades energéticas ha colocado al Kremlin en una posición de poder, envalentonándolo mientras se movilizaba para anexar la península ucraniana de Crimea a territorio ruso el mes pasado, con poco más de una protesta diplomática y unas cuantas sanciones a cambio.
En su primera entrevista desde que huyó a Rusia, el derrocado presidente de Ucrania Víktor Yanukovych dijo el miércoles que estuvo "equivocado" al invitar a las tropas rusas a Crimea y prometió que tratará de persuadir a Rusia a regresar la disputada península en el Mar Negro.
Su salida y la subsecuente anexión de Crimea a Rusia agregaron una nueva urgencia a los llamados a Europa para diversificar su política energética.
"En realidad se reduce a esto: ningún país debería usar la energía para obstaculizar las aspiraciones de un pueblo", dijo el secretario de Estado norteamericano John Kerry en Bruselas. "No debería ser usada como un arma. Nos interesa a todos nosotros poder contar con suministros adecuados de energía crucial para nuestras economías, crucial para nuestra seguridad, crucial para la prosperidad de nuestra gente".
El dominio energético ruso fue puesto en evidencia más recientemente cuando la compañía de extracción de gas Gazprom, controlada por Moscú, cumplió su amenaza esta semana de elevar las tarifas de gas natural para Ucrania. Pero Rusia ya ha cerrado antes sus válvulas a Europa, en 2006 y 2009.
Pese a su polémica historia de dependencia, la producción europea ha estado en un constante declive a medida que las viejas plantas nucleares no han sido reemplazadas, el contaminante carbón pierde popularidad y el petróleo en el Mar del Norte disminuye.
Mientras tanto, Estados Unidos no puede enviar gas natural licuado ni petróleo a Europa en las cantidades necesarias para varios años más, y el proceso de extracción de gas de esquisto —que conlleva intensas consecuencias ambientales— es un tema prohibido en muchos países europeos, con éxito incierto incluso en aquellas naciones dispuestas a intentarlo.
Pero el exhorto de Kerry dejó en claro que Estados Unidos desea que Europa asuma mayor responsabilidad por su propio suministro de energía, en lugar de confiar en lo que cada vez más se considera como una red de oleoductos políticamente frágil que sale de Rusia y la mayor parte de ella cruza por Ucrania.
Los países que emergieron de la órbita de la Unión Soviética se encuentran entre los más enfocados en hallar sus propios recursos energéticos, si bien cualquier ganancia es puramente hipotética. Yanukovych firmó acuerdos con Shell y Chevron para la búsqueda de gas de esquisto, incluso mientras buscaba reducir sus pérdidas al firmar un pacto en el Kremlin para un descuento mayor en la adquisición de gas y préstamos de Rusia.
El esperado incremento del precio marcó el fin de ese pacto, que dependía de la lealtad de Yanukovych a Rusia. Kerry dijo que Estados Unidos y la Unión Europea tratarán de proporcionar una medida de alivio a corto plazo al enviar gas a través de Polonia, Hungría y Eslovaquia, pero la vulnerabilidad de Ucrania prevalecería, al igual que la de Europa.
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Lori Hinnant contribuyó desde París. Las periodistas de The Associated Press Monika Scislowska en Varsovia y Nataliya Vasilyeva en Moscú contribuyeron a este despacho.
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FUENTE: AP