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Bachelet da tiro de salida a reforma educativa: fin al lucro y a selección escolar

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dio el pistoletazo de salida a su profunda reforma educacional con el envío al Congreso para poner fin al lucro de las escuelas, el copago de las familias y la selección de alumnos según su origen.

Bachelet recogió la consigna más repetida por los estudiantes que desde 2011 reclaman en las calles un cambio en el privatizado sistema educativo heredado de la dictadura (1973-1990), y puso como uno de los primeros objetivos de su reforma el fin del lucro.

"Tenemos un sistema que reproduce y ahonda las desigualdades, segrega a las personas y trata a la educación como un bien de consumo en lugar de un derecho práctico", diagnosticó.

El proyecto de ley apunta a las escuelas subvencionadas, que reúnen el 52% de los alumnos chilenos y que se financian con aportes del Estado y copago de las familias.

Según la propuesta, los colegios que reciban aportes del Estado no podrán obtener beneficios, por lo que las 3.470 escuelas que declaran utilidades deberán convertirse en fundaciones sin fines de lucro y reinvertir sus ganancias.

Bachelet también quiere eliminar el cofinanciamiento, mediante un aumento de los aportes del Estado a las escuelas subvencionadas.

El copago fue instaurado en los años 1990 para incentivar la creación de escuelas subvencionadas y ampliar la cobertura, pero el gobierno critica que filtra por grupo socioeconómico y a la larga crea escuelas para pobres, clase media y ricos.

"El lucro, la selección y copago son incentivos equivocados, que combinadamente, afectan la calidad y fomentan la discriminación, la segregación y las inequidades", dijo Bachelet.

Actualmente las familias aportan unos 600 millones de dólares a la educación subvencionada. El Estado pretende hacerse cargo de este monto y triplicarlo para mejorar la calidad.

Otra prioridad es prohibir la selección de alumnos en escuelas con aportes del Estado por "condiciones arbitrarias, socioeconómicas y étnicas" con el fin de que sean los padres los que escojan en igualdad de condiciones la escuela para sus hijos y no al contrario.

Claudia Pino, madre de un niño de tres años, vio como su hijo era rechazado de una escuela particular por no pasar un test de madurez. Caty Morales, quien optó por una escuela subvencionada, sometió a su hija de seis años a exámenes y test psicológicos, y debió informar de su sueldo, deudas, y propiedad de su vivienda.

"Es necesario colegios con calidad que no sean sólo para algunos pocos", se queja a la AFP Claudia Pino.

Según el analista de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann, los proyectos de ley educativos de Bachelet conocidos hasta ahora "no son un cambio revolucionario, sino un cambio más bien asociado a las falencias vistas en los últimos años".

Se están tomando "decisiones estratégicas sobre el rol del Estado en la educación", pero aún falta conocer más detalles como por ejemplo en materia de calidad, aseguró a la AFP.

La derecha opositora ha adelantado un duro debate en el Congreso de este paso de la reforma educativa, que a su juicio atenta contra la libertad.

El proyecto "no apunta a mejorar globalmente la calidad (de la educación) y en la práctica pretende un control paternalista y del Estado del sistema educacional", Según Andrés Allamand, senador de la derechista Renovación Nacional.

El movimiento estudiantil también se ha mostrado escéptico y ha anunciado otra manifestación para el próximo miércoles.

"Nos parece que no erradicará el modelo y eso nos genera un resquemor", dijo a la AFP Ricardo Paredes, de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios.

Bachelet ha enviado al Congreso una reforma tributaria que pretende recaudar 8.200 millones de dólares para financiar ésta y otras medidas, como la gratuidad a nivel universitario en los próximos seis años.

Se trata de los primeros ingredientes de la receta de la presidenta para lograr la reforma de la educación "más significativa de los últimos 50 años", con la que busca disminuir la desigualdad y garantizar crecimiento económico.

"Sin una reforma profunda a su educación, Chile no logrará el desarrollo", afirmó tajante la mandataria.