La activista de los derechos civiles Yuri Kochiyama, quien apareció en una famosa fotografía publicada en la revista Life sosteniendo cuidadosamente la cabeza de Malcom X momentos después de ser baleado, falleció de causas naturales en su casa de Berkeley. Tenía 93 años.
La familia de Kochiyama dijo que murió el domingo mientras dormía.
Entre sus muchos logros durante 50 años de trabajo, el activismo de Kochiyama se tradujo en un acuerdo en el Senado para pagar compensaciones y disculparse ante los japoneses-estadounidenses y otros grupos que fueron recluidos en campos de concentración en Estados durante la Segunda Guerra Mundial.
Kochiyama estaba viviendo en Nueva York cuando forjó un vínculo poco probable con Malcolm X y ella fue testigo de su asesinato en 1965 en esa ciudad.
Kochiyama nació en San Pedro, California, en una familia de clase media. Ella y su familia fueron detenidas durante dos años en Arkansas durante la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra, se mudó a Nueva York y se casó con su novio Bill, quien falleció en 1993.
Tras salir del campo de concentración, Kochiyama dedicó su vida al activismo social, sin importar razas, nacionalidades o causas, como su oposición a la guerra de Vietnam y a las políticas de apartheid en Sudáfrica, apoyando además la independencia de Puerto Rico.
"Su incansable dedicación a los derechos civiles inspiró a generaciones de activistas, incluso dentro de la comunidad musulmana estadounidense", dijo en un comunicado la sucursal en California del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses. "Ella será recordada afectuosamente por todos los que continuamos defendiendo las libertades civiles y promoviendo la justicia".
La madre de seis hijos estaba viviendo en el barrio de Harlem cuando entabló amistad con Malcolm X en los años 1960. Ella estaba sentada en la primera fila del Audubon Ballroom Auditorium en Nueva York cuando aparecieron los asesinos y mataron a disparos a Malcom X.
La Asamblea de California levantó su sesión del jueves en memoria de Kochiyama.
Kochiyama es autora de un libro de memorias "Passing It On". Le sobreviven cuatro de sus hijos y varios nietos.