El nuevo parlamento iraquí cerró el martes su sesión inaugural sin hacer ningún progreso en la elección de un nuevo primer ministro, a pesar de que el país se enfrenta a una ofensiva miliciana que amenaza con dividirlo, en una oleada de violencia que ha hecho de junio el mes más sangriento en al menos dos años.
El portavoz en funciones Mahdi al-Hafidh suspendió la sesión después de que la mayoría de los 328 legisladores suníes y kurdos no volvieran de un breve receso. Su ausencia privaba al parlamento del quórum necesario.
Toda la sesión, desde la apertura con el himno nacional a las palabras de cierre al-Hafidh, duró menos de dos horas. El estancamiento prolonga lo que ya han sido días de intensas negociaciones, en las que los grupos políticos intentan decidir sobre los puestos de primer ministro, presidente y portavoz parlamentario.
El principal clérigo chií del país, el gran ayatolá Ali al-Sistani, instó a los legisladores la semana pesada a ponerse de acuerdo sobre los tres puestos antes de la reunión del martes, con la esperanza de evitar meses de tira y afloja que pueda desestabilizar más al país. Pero la sesión del martes acabó con esas esperanzas —siempre modestas— de un compromiso rápido.
El actual primer ministro, Nuri al-Maliki, cuyo grupo obtuvo la mayor parte de escaños en las elecciones de abril, está bajo una intensa presión para que dimita. Suníes y kurdos le acusan de romper promesas, y los viejos agravios de los suníes se consideran uno de los principales factores que impulsa a la insurgencia armada del país.
La necesidad de un gobierno que pueda mantener al país unido es urgente, tras la reciente ofensiva liderada por el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), una escisión de al-Qaida que ha tomado buena parte del norte y el oeste del país.
La amenaza que supone esta ofensiva para Irak se vio reflejada el martes en las nuevas cifras de víctimas publicadas por Naciones Unidas, que estiman la cifra de muertos en junio en 2.417, lo que lo convierte en el mes más mortal del año.
El segundo mes más mortal del año fue mayo, con 779 iraquíes muertos, entre ellos 603 civiles. La cifra de abril fue 750.
Los números de junio también son más altos que el pico mensual del año pasado. Naciones Unidas señaló que en julio de 2013, al menos 1.057 iraquíes murieron y otros 2.326 sufrieron heridas.
"El impresionante número de bajas civiles en un mes señala la urgente necesidad de que todos aseguren que los civiles están protegidos", afirmó el representante especial de la ONU en Irak, Nickolay Mladenov, en un comunicado.
FUENTE: AP