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Gobierno y FARC implementan la tercera fase de desminado en Antioquia

El Gobierno de Colombia y las FARC informaron hoy sobre los avances en la tercera fase de plan piloto de desminado en el municipio de Briceño, en la región de Antioquia, donde ya se iniciaron las labores de descontaminación de tierras, en las que se halló una mina cada 135 kilómetros cuadrados.

Se trata de una zona "altamente compleja" por lo escarpado del terreno y el factor climático, donde se han identificado tres áreas peligrosas que suman 12.500 kilómetros cuadrados, informaron hoy las partes en un comunicado conjunto leído a la prensa por representantes de los países garantes del proceso de paz, Cuba y Noruega.

El Batallón de Desminado del Ejército (BIDES), acompañado de delegados de las FARC, la organización Ayuda Popular Noruega (APN) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) iniciaron el pasado 13 de julio la tercera fase del plan de desminado, en la que ya se comenzó a limpiar y descontaminar las tierras, después de haber identificado las áreas críticas en las fases anteriores.

Durante estos trabajos falleció el pasado día 15 de julio el soldado Wilson de Jesús Martínez Jaraba, integrante del BIDES; por lo que las partes pararon las labores una semana para revisar los protocolos de seguridad e incluir nuevas técnicas de eliminación de explosivos para evitar accidentes futuros, como una mayor presencia de caninos y el uso de barreminas.

Con estos cambios, en "los próximos días" se retomarán los trabajos de desminado de nuevo en la zona, centrados en la descontaminación de pequeños senderos, indicaron hoy las partes en el comunicado conjunto.

El jefe de la delegación de paz del Gobierno, Humberto de la Calle, resaltó que a pesar de las dificultades y la "desafortunada" muerte del soldado; el proyecto piloto de desminado que servirá de ejemplo para emprender una "tarea de envergadura monumental" de descontaminación de tierras en todo el país cuando se firme la paz.

De la Calle destacó los avances logrados en las últimas semanas para aminorar el impacto del conflicto armado, como la tregua unilateral decretada por las FARC y la decisión presidencial de suspender los bombardeos contra campamentos de la guerrilla.

"Nunca he querido exagerar las posibilidades de la paz. Pero son reales. Requerimos apoyo, confianza y esperanza. Las noticias hoy so buenas en medio de la tragedia. No podemos desfallecer", señaló.

Por su parte, el jefe negociador de las FARC, "Iván Márquez", alias de Luciano Marín Arango, señaló que la descontaminación de las tierras en la vereda El Orejón, municipio de Briceño, zona muy afectada por el conflicto armado, debe ir acompañada de programas de "redención social", como planes de desarrollo agrícola, construcción de infraestructuras y programas educativos y de salud.

Márquez también indicó que el paramilitarismo "sigue vivo, intimidante y brutal" en esa zona "bajo la permisividad y complicidad de las autoridades", por lo que reclamó al Gobierno que actué, investigue y establezca responsabilidades.

Sobre la tregua unilateral de la guerrilla y el cese de los bombardeos, la insurgencia destacó que son gestos "recíprocos" de desescalamiento que deben extenderse para "crear una atmósfera de tranquilidad ahora que se transita con mayor confianza hacia el acuerdo final".

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