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Reabre tras su reforma un centro de detención indocumentados en Grecia

El Gobierno griego reabrió hoy, tras un año y medio de cierre, el sector cerrado del centro de detención de inmigrantes indocumentados de Amygdaleza, en las afueras de Atenas, que mientras funcionaba se hizo famoso por las malas condiciones en que vivían los detenidos.

El ministro de Protección Ciudadana, Nikos Toskas, destacó en declaraciones a los medios locales tras la inauguración del centro que el espacio fue acondicionado en cooperación con el Organismo Internacional de Migraciones (OIM) para que permita "alojar durante un periodo corto en condiciones dignas a la gente que decidió volver a su país".

En el sector renovado del centro permanecerán detenidas, por un periodo que, según el propio ministerio de Protección Ciudadana, no sobrepasará los diez días, familias de inmigrantes irregulares que entraron en Grecia después el 20 de marzo, fecha oficial de comienzo del acuerdo migratorio entre la Unión Europea (UE) y Turquía, y han optado por regresar voluntariamente a su país de origen.

La capacidad de acogida de este del centro es de 300 personas.

"No hay lugares malditos, hay condiciones de detención malditas", recalcó Toskas en referencia a la mala fama que se granjeó el centro en el periodo de 2012 a 2015, cuando el Gobierno conservador de Andonis Samarás puso en marcha su plan de lucha contra la inmigración irregular, que incluía redadas diarias en Atenas.

Las organizaciones humanitarias denunciaban ya entonces los arrestos arbitrarios y que los migrantes permanecían detenidos sin orden judicial (incluso por periodos más allá de los 18 meses el máximo por ley de la detención preventiva en Grecia) en condiciones higiénicas y alimentarias muy malas.

Además dichas organizaciones protestaban porque no se hacían distinciones en la detención en la edad del detenido, si eran mayores o menores de edad no acompañados, por la ausencia de servicios médicos para los enfermos y porque se mantenía en detención incluso a demandantes de asilo.

El Gobierno de Alexis Tsipras cerró, en marzo de 2015, la mayor parte de centro y puso en libertad a los que habían permanecido detenidos por más de 18 meses, así como a los demandantes de asilo, a los enfermos y a los menores de edad, lo que provocó entonces una viva polémica con el mayor partido de oposición -al que pertenecía Samarás-, la conservadora Nueva Democracia (ND).

Desde el principio de 2016 hasta el 16 de septiembre solicitaron el programa de regreso voluntario a su país de origen de la OIM 4.543 personas.

FUENTE: EFE