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Cambio migratorio con Cuba "encaja" en política de Trump, sostienen expertos

Barack Obama cerró la polémica emigración ilegal cubana a Estados Unidos a ocho días de abandonar la Casa Blanca, pero es improbable que su sucesor, Donald Trump, dé marcha atrás, opinan analistas.

"Es de suponer que un presidente Trump que ha hecho de poner orden en la migración la piedra de toque de su política, vaya a revertir el grueso de lo logrado", dijo a la AFP Arturo López-Levy, un académico cubano de la Universidad de Texas Valle del Río Grande.

Obama suprimió el jueves mediante una orden presidencial la política de pies secos/pies mojados, que favorecía la emigración ilegal hacia Estados Unidos, gesto aplaudido por La Habana al suscribir un nuevo acuerdo.

También canceló un programa migratorio que beneficiaba a los médicos cubanos en terceros países.

"Todo lo que se haga por órdenes presidenciales es legalmente reversible, la cuestión es si es reversible políticamente", apunta López-Levy.

Las autoridades cubanas están muy atentas pero cautelosas respecto de Trump, y sólo advierten que no harán ningún tipo de concesiones en el proceso de normalización de relaciones con Estados Unidos, iniciado en diciembre de 2014.

"No necesariamente una política anticubana de Trump tendrá que revertir esta parte del tema migratorio, todo lo contrario", opina Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana y uno de los principales expertos en migración de la isla.

Aja sostiene que, no obstante, la decisión de Obama se inscribe en la lógica de la política migratoria esbozada por Trump, quien ha anunciado, entre otras medidas, que apenas asuma la presidencia comenzará a construir un muro con México para frenar la inmigración ilegal.

Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida, coincide en que la eliminación de la política "encaja" con el discurso de Trump sobre frenar la emigración.

"Al mismo tiempo, Trump tiene que contar con los representantes electos de la comunidad cubanoamericana, la mayoría de los cuales ha criticado la eliminación de la política de pies secos/pies mojados", pero han pedido su revisión "para asegurarse de que solo los refugiados políticos puedan beneficiarse de dicho trato", dice Duany.

En ese sentido, López-Levy apunta con ironía que "Obama ha terminado por darle a los cubanos de derecha y a Trump de la propia medicina que estaban pidiendo, pero en sus propios términos (de Obama)".

El fantasma de otro éxodo masivo irregular desde Cuba asusta a las autoridades estadounidenses, que constantemente actualizan sus planes de contingencia.

Los problemas creados por el éxodo del Mariel de 1980 (125.000) cubanos, y la crisis de los balseros de 1994 (35.600) aún están en la memoria de las agencias gubernamentales.

"Si Trump revierte la política de 'pies secos/pies mojados' puede desatar una estampida migratoria; si cancela el programa de los médicos, Cuba puede cancelar su aceptación de los (ilegales) deportados", opina López-Levy.

Añade que la negociación de Obama con Cuba dejó a Trump una trampa, "en la que lo más racional es hacer lo conveniente a Estados Unidos, dejar el acuerdo tal como está en vigor".

Aún con este paso de aproximación migratoria, queda en vigor la Ley de Ajuste Cubano de 1966, que privilegia a los emigrantes políticos cubanos, y que sólo puede derogar el Congreso.

"La ley de Ajuste Cubano de 1966 no es un cascaron vacío. Sigue siendo una importante excepción para los emigrantes cubanos en Estados Unidos, aun cuando en términos de magnitud de migración y personas que se beneficien de la misma el impacto es sustancial", advierte López-Levy.

El nuevo acuerdo "se encamina a cerrar en lo posible el camino de los inmigrantes cubanos en los Estados Unidos hacia los beneficios de la Ley de Ajuste", señala Aja.

"Ahora los que se podrían beneficiar de la misma son aquellos que ya de antemano han recibido una visa, o entren con una exención dada la posesión de otra ciudadanía y obviamente el número será mucho menor", concluye López-Levy.

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