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El ejército de EEUU aumenta su implicación en Siria

Estados Unidos aumentó su implicación en la guerra contra el grupo Estado Islámico al organizar un traslado aéreo sin precedentes de combatientes árabes y curdos en aeronaves estadounidenses hasta el frente en el norte de Siria. La maniobra contó con apoyo de artillería y helicópteros de ataque de Estados Unidos, utilizados por primera vez en el país.

Las fuerzas estadounidenses no participaron en el combate por tierra, pero la operación apunta a que el gobierno de Trump ha adoptado una estrategia más agresiva mientras prepara el ataque a Raqqa, la ciudad que los extremistas consideran su capital. Además de utilizar helicópteros para llevar a los rebeldes hasta el combate cerca de la presa de Taqba, en el río Éufrates, Estados Unidos llevó dos helicópteros Apache y empleó artillería de 155 mm de los marines.

"Esto es bastante importante", comentó el miércoles a periodistas en el Pentágono el coronel Joseph Scrocca, portavoz de la coalición militar que lidera Estados Unidos contra el grupo extremista Estado Islámico en Siria e Irak.

Es la primera vez que las tropas estadounidenses trasladan por aire a combatientes locales hasta el combate en Siria, señaló. Entre los rebeldes había un número no especificado de asesores militares estadounidenses.

La operación llevó a combatientes curdos y árabes sirios tras las líneas del grupo EI al oeste de Raqqa, según fuentes de Estados Unidos. Eso expuso al personal estadounidense a un nivel de riesgo que hasta ahora se había evitado en Siria. El objetivo de la misión era recuperar la presa, la localidad cercana de Tabqa y un aeródromo cercano.

La operación se diseñó para coincidir con una batalla que podría ser un punto de inflexión en Mosul, el principal bastión de la milicia radical en Irak. Las dos batallas reflejan la estrategia estadounidense de plantear varios desafíos simultáneos al grupo armado.

Se espera que la ofensiva en Siria dure varias semanas, indicó Scrocca. El grupo EI ha empleado la presa como base, prisión para rehenes de alto nivel, campo de entrenamiento y lugar para planificar ataques en el extranjero desde 2013.

Se temía que la milicia pudiera destruir la estructura, inundando la región y creando nuevos desafíos humanitarios.

Mientras tanto, Estados Unidos recibió en Washington a altos funcionarios de 68 países para una reunión sobre cómo acelerar la lucha contra el grupo extremista a todos los niveles.

En la primera reunión de ministros en territorio estadounidense desde que Donald Trump asumió el gobierno, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que Washington aún está definiendo su estrategia, aunque fue claro en cuanto a las prioridades.

"Reconozco que hay muchos desafíos urgentes en Oriente Medio, pero derrotar a ISIS es el objetivo número uno de Estados Unidos en la región", dijo Tillerson empleando un acrónimo para el grupo EI.

Aunque esa declaración parecía compartida, algunos asistentes confiaban en conocer más sobre los cambios de estrategia.

Mattis y otros funcionarios han señalado que el plan preservará la pieza central de la estrategia del gobierno Obama, es decir, la idea de asesorar y asistir a fuerzas locales para que combatan en lugar de hacerlo por ellas. Pero es probable que conforme el grupo EI pierda fuerza y territorio en Irak y Siria, Estados Unidos refuerce sus medidas de apoyo y quizá envíe un pequeño contingente de tropas adicionales.

Estados Unidos tiene ahora unos 1.000 militares en Siria y al menos 7.000 en Irak.

FUENTE: AP