Una tormenta del Atlántico dejó una estela de destrucción el martes, sobre todo en la capital de Portugal, antes de desplazarse al este hacia España.
El ayuntamiento pidió a los residentes de la ciudad que permanecieran en sus casas y a los de cercanías que evitaran viajar a la ciudad.
Viviendas y negocios fueron inundados, las calles estaban intransitables y los servicios de trasporte sufrieron trastornos. Varias escuelas suspendieron las clases y algunos sitios turísticos cerraron sus puertas.
Las inundaciones son un antiguo problema en Lisboa, que se encuentra sobre el Tajo, el río más largo de la península, donde desemboca en el Atlántico. Parte de la ciudad está construida sobre dos afluentes del Tajo.
El alcalde Carlos Moedas dijo que los eventos climáticos extremos se vuelven más frecuentes debido al cambio climático.
Dijo que próximamente iniciará la construcción de dos túneles de drenaje para aliviar las inundaciones.
La tormenta cruzó la frontera hacia España, donde las lluvias intensas inundaron viviendas y rutas.
FUENTE: Associated Press