El presidente centrista Emmanuel Macron pone a prueba el jueves su impulso reformista en Francia, que se prepara para vivir una jornada de "infierno" con una importante huelga contra el retraso de la edad de jubilación a 64 años.
Más de seis de cada 10 personas se oponen, según un sondeo de OpinionWay publicado este martes. Un 61% de los encuestados considera "necesaria" una reforma, pero no esta, y un 58% apoya las protestas.
"El nivel de apoyo a la movilización es importante, por encima de la media (...) Todo dependerá de la dinámica del movimiento y la batalla que nos espera es incierta", dijo el vicepresidente de la empresa de sondeos, Bruno Jeanbart, al diario Les Échos.
El presidente de la segunda economía de la Unión Europea (UE) convirtió esta reforma en un eje clave de su segundo mandato, máxime cuando el covid-19 le obligó a aparcar un primer intento.
Pero Macron, que el jueves estará en Barcelona para una cumbre franco-española, ha dejado al frente a su primera ministra Élisabeth Borne, quien defendió este martes "un proyecto de justicia" y "progreso".
"Tiene razón de no estar en primera línea", dijo a AFP Frédéric Dabi, del instituto de sondeos Ifop, para quien si "hay una crispación terrible", el jefe de Estado podrá intervenir más tarde.
"Todo se sucede como si los franceses hubieran integrado que el gobierno no podrá ceder, porque Macron se juega su mandato", agregó el analista político.
"Jueves de infierno"
Los ocho principales sindicatos esperan "millones" de huelguistas y manifestantes. "Hace años que no vemos una semejante movilización", dijo a la radio RFI el secretario general de FO, Frédéric Souillot.
La última gran movilización sindical unitaria tuvo lugar en 2010 cuando el gobierno del conservador Nicolas Sarkozy propuso y aprobó retrasar la edad de jubilación de 60 años a 62 años.
El gobierno defiende que la reforma es necesaria para equilibrar la caja de las pensiones, ante un déficit creciente en un contexto de mayor esperanza de vida.
"Será un jueves de infierno (...), de fuertes perturbaciones en el transporte", advirtió este martes en la cadena France 2 el ministro del ramo, Clément Beaune, llamando a aquellos que puedan a trabajar desde casa.
Punta de lanza en 2019 y 2020, las protestas en el sector del transporte deberían ceder protagonismo al de la energía, con una "reducción de la producción de electricidad" e incluso paros en depósitos y refinerías de combustible.
Un 70% de los maestros de primaria harán huelga el jueves, anunció el sindicato Snuipp-FSU.
Y las autoridades pidieron a las aerolíneas que anulen un 20% de sus vuelos previstos ese día en el aeropuerto parisino de Orly por un paro de controladores.
26 de marzo, fecha límite
La primera jornada de acción llega días antes de que el consejo de ministros apruebe la reforma. Los sindicatos tienen previsto nuevos paros en paralelo al debate parlamentario a partir de fines de enero.
El presidente francés perdió su mayoría legislativa absoluta en junio y, para garantizarse su aprobación, Borne multiplicó en las últimas semanas las discusiones con el partido opositor de derecha Los Republicanos (LR), favorable a una reforma.
Sin embargo, el gobierno se guarda un as en la manga. Para evitar la obstrucción parlamentaria, anunciada ya por la oposición de izquierda, podría recurrir al procedimiento del artículo 47.1 que limita el tiempo del debate a 50 días.
Si las dos cámaras del Parlamento no votan la reforma para el 26 de marzo, el gobierno podría aplicarla mediante una ordenanza, según fuentes parlamentarias, corriendo el riesgo de aumentar la imagen de autoritario de Macron.
FUENTE: AFP