Un Tribunal de Conciencia declaró culpable a siete personas por la masacre de siete indígenas a quienes lanzaron en una fosa clandestina en El Terrón, Comarca Ngäbe Buglé.
Los hechos de femicidio, homicidio y privación de libertad, ocurrieron en enero del 2020 cuando una secta religiosa practicaba supuestos exorcismos, maltratando física y psicológicamente a decenas de personas.
Al iniciar la investigación, las autoridades lograron rescatar a 15 personas con quemaduras y golpes, y dieron con la captura de 10 sospechosos, entre ellos una mujer y un menor de edad. Además, ubicaron una estructura que era utilizada como iglesia para realizar los ritos en los que retenían y maltrataban a personas contra su voluntad.
En el lugar hallaron además, machetes y otras herramientas que eran utilizadas por la secta religiosa para cometer los actos. De acuerdo a las investigaciones, ellos se hacían llamar «Iglesia de Dios».
Los cadáveres corresponden a seis menores de edad (de 1, 3, 9, 9, 11 y 17 años), además de una mujer adulta que estaba embarazada de aproximadamente 4 a 6 meses, madre de cinco de los menores que estaban en la fosa.
El abuelo y líder de la secta, fue quien acabó con la vida de su yerna y sus cinco nietos menores de edad, dado que estos "no querían convertirse".
Por este caso, otras dos personas fueron condenadas a 47 años de prisión.