Para disfrazar el mal aliento y endulzar la boca... ¡no importa! Todo el mundo lleva una caja de chicle en la cartera. Algunas personas creen que la goma de mascar sirve para perder peso. ¡Grave error!
Los científicos de la Universidad Estatal de Ohio han descubierto que el chicle puede engordar (y mucho). Esto ocurre porque las personas que mastican chicle de sabor menta tienden a comer alimentos más ricos en calorías y azúcar.
El experimento fue hecho con la participación de 44 voluntarios que masticaron chicles sabor a fruta y menta. Después, los responsables por la investigación le ofrecieron alimentos diversos como frutas, papas fritas y dulces.
Los participantes que habían masticado chicle con sabor a menta fueron los que rechazaron las frutas. Con base en las elecciones de los voluntarios, los investigadores concluyeron que las personas que mascan chicle tienden a comer menos comidas, pero no menos calorías. Cuando se mastica chicle, se aumenta la atracción por comidas más grasosas como las papas fritas o hamburguesas.
Los investigadores dicen que la preferencia por dulce después de masticar chicle, tiene una explicación científica: mentol cambia el sabor de los alimentos, dejando las frutas y verduras con un sabor un poco desagradable.