NUEVA DELHI (AFP) - El líder espiritual tibetano Dalai Lama renovó el sábado su llamamiento a la comunidad internacional para que "ayude" a resolver la crisis en Tíbet, ante la cual, confesó, se siente "impotente" desde su exilio en India.
"No tenemos ningún poder salvo la justicia, la verdad, la sinceridad ... por eso pido a la comunidad internacional que ayude, por favor", declaró el Dalai Lama durante una conferencia de prensa en Nueva Delhi.
"Estoy aquí impotente, sólo puedo rezar", agregó el líder tibetano, que oró el sábado junto con otros responsables religiosos por las víctimas de la violencia en el Tíbet.
El 19 de marzo el Dalai Lama ya había pedido "apoyo" a los dirigentes del mundo entero.
El sábado tendió de nuevo la mano a Pekín mostrándose abierto a un diálogo. "Estamos abiertos (...) Estamos a la espera", recalcó el premio Nobel de la Paz.
Insistió asimismo en que no se oponía a que China organizara los Juegos Olímpicos (JO), aunque estimó importante "recordar a los chinos que para ser anfitriones respetados de los JO", la situación de los derechos humanos en el Tíbet debe mejorar.
El viernes el presidente estadounidense, George W. Bush, llamó a China a dialogar con los representantes del Dalai Lama y a actuar con moderación en el Tíbet. Su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, expresó su oposición a un boicoteo de los Juegos Olímpicos para no insultar al pueblo chino.
La comisaria de Relaciones Exteriores europea, Benita Ferrero-Waldner, mencionó en una entrevista que será publicada el domingo, la amenaza de boicot que pesa sobre los JO, mientras que los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE), reunidos este fin de semana, defienden posiciones contrapuestas sobre este tema.
El Dalai Lama recordó sus reivindicaciones: no reclama la independencia del Tíbet, sino una "autonomía considerable" que dé "garantías para la protección de nuestra cultura única, en particular el idioma".
"Tan pronto como se logre un cierto grado de libertad, estaremos felices de volver a nuestro país", afirmó el jefe espiritual del budismo tibetano, quien reiteró sus acusaciones de "genocidio cultural".
El Dalai Lama dijo que deseaba tener más tiempo para prepararse para su "futura vida", pues dentro de unos años podría renunciar a su papel político.
"Es posible que de aquí a un tiempo dimita completamente, voluntariamente y con felicidad", declaró sin especificar cuándo.
"Ya estoy en una posición de semiretirada", aseguró el dignatario religioso, de 72 años.
Desde el estallido de los disturbios en Lhassa, capital del Tíbet, el 10 de marzo, el Dalai Lama amenazó en varias ocasiones con abandonar su cargo de jefe espiritual del budismo tibetano debido al empeoramiento de la situación en su tierra.
Su entorno ya había adelantado que el Dalai Lama quería que el Parlamento tibetano exiliado en Dharamsala, en el norte de India, desempeñara un mayor papel político con el fin de aliviar su peso.
El gobierno chino acusa al Dalai Lama de haber orquestado los disturbios en Tíbet para sabotear los Juegos Olímpicos previstos en agosto en Pekín.
Según fuentes oficiales chinas la violencia en Tíbet y en regiones limítrofes con importante presencia tibetana han causado 19 muertos, mientras que los exiliados tibetanos barajan la cifra de 140 víctimas mortales por la represión china.
El sábado por la noche, el gobierno tibetano en el exilio en Dharamsala (India) informó de que se produjeron nuevas manifestaciones durante el día cerca del monasterio de Ramoche, en Lhassa.
Las protestas congregaron "rápidamente a miles de personas" y se extendieron a las inmediaciones, en particular cerca del templo de Tsuglag-khang (Jokhang), indicó un comunicado difundido en el sitio web del gobierno exiliado.