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Pescadores abastecen mercado centroamericano sin mejorar ingresos

PUERTO LA LIBERTAD ( AFP ) "Ponemos los mariscos en la mesa, pero no mejoramos los ingresos", lamenta Melaní González, pescador artesanal de 70 años y piel quemada por el sol, tras faenar en el muelle del turístico puerto de La Libertad, 34 km al sur de San Salvador, en el Pacífico.

"La pesca me sirvió para sacar adelante a mi compañera y a mis dos hijas, pero no me ayudó a salir de la pobreza", lamenta González, quien por su edad solo pesca durante el día.

Don Melo González, como se le conoce, relata que para no ser un simple "tirador de anzuelos y atarraya (red) desde el muelle" heredó el oficio de su padre cuando tenía 16 años y -señala- aún debe "seguir pescando para vivir". Es uno entre decenas de pescadores artesanales que cada día llegan al hacinado muelle, para que una grúa descienda sus botes en una zona profunda del mar, donde obtienen los apetecidos "boca colorada" o pargo, los más grandes, de 12 libras (5,4 kg), que venden a mayoristas a cinco dólares.

Según una encuesta de la Organización del Sector Pesquero y Acuícola de Centroamérica (Ospesca), los 135.000 pescadores artesanales que hay en el istmo destinan el 70% de su producción al mercado intrarregional, pero afrontan diversos problemas para mejorar sus ingresos.

El director de Ospesca, Mario González, señaló que esos pescadores venden a mayoristas en condiciones de desventaja por carecer de medios de conservación de los moluscos y en ese sentido -dijo- debe darse "un cambio en el manejo del producto" para conservarlo más tiempo y obtener más dinero.

La región dispone de 1.936 centros de venta directa de mariscos, es decir sin intermediarios: 1.152 en el Pacífico, 279 en el Caribe y 505 en aguas continentales.

Uno de sus problemas es el acceso al crédito, ya que según el estudio solo 12,9% de los pescadores artesanales pueden obtenerlos, mientras el 87,1% restante tienen "mucha dificultad para conseguirlo".

El estudio reveló que el consumo de mariscos en los centroamericanos subió desde 1995 de 1,8 kilos anualmente por habitante a 8 kilos en la actualidad, debido a campañas publicitarias. Pero es inferior al promedio mundial de 12 kilos por persona.

Javier Villanueva, de 33 años y encargado de las finanzas en la Asociación Cooperativa de Producción Pesquera y Servicios Múltiples del Puerto de La Libertad, reclama "el respaldo de políticas de gobierno". "La pesca artesanal ya no es ni de subsistencia, deja al mes a un pescador entre 150 y 190 dólares, yo no quisiera heredar este oficio a mis dos hijos, quisiera becas para que estudien", destaca Villanueva, miembro de una familia de veinte pescadores.

Por los bajos réditos, buscan otras fuentes de ingresos, según Juan Castro, de 59 años, directivo de la Asociación Cooperativa de Pescadores del Puerto de la Libertad.

"Para mantener la cooperativa, ahora también vendemos hielo para que los comerciantes puedan conservar los mariscos", comentó Castro, quien pesca desde los 13 años.

Castro señaló que aspiran a calificar en la Iniciativa de los Fondos para el Desarrollo de Estados Unidos para poder comprar un barco y "pasear" turistas por la costa de La Libertad.

En 2010, la pesca artesanal produjo para la región 605,6 millones de dólares y junto a la pesca industrial sumó en ese mismo año 1.716,4 millones de dólares (4,1% del PIB del istmo).

FUENTE: Agencia AFP