Es posible que muchos de los esfuerzos del presidente Barack Obama planteados en el discurso del Estado de la Unión no lleguen a mucho.
Las restricciones constitucionales a su autoridad y la falta de cooperación en el Congreso son una receta para iniciativas de bajo rendimiento y alcance limitado. Pero decisiones ejecutivas, como las que anunció el martes por la noche, quizás sean todo lo que el gobierno puede hacer en un año de elecciones cuando el equilibrio de poder en el Congreso está en juego.
El presidente renovó su exhortación al Congreso para que aumente el salario mínimo nacional, reforme las leyes de inmigración, aumente el acceso a la educación preescolar y amplíe el comercio internacional. Todos estos temas estuvieron presentes en su discurso del Estado de la Unión el año pasado y siguen sin cumplirse en su segundo período.
Pero esta vez Obama los presentó como partes de un todo mayor, piezas de una agenda general que reconoce que incluso en una economía en recuperación no todos los ciudadanos del país ven los beneficios.
Pero el nuevo empaque no puede ocultar la batalla cuesta arriba que Obama enfrenta en el Congreso. Y es posible que el camino se lo obstruyan no sólo sus adversarios, sino sus aliados también.
No cabe duda que los republicanos, que controlan la Cámara, pueden hacer mucho por obstaculizar sus esfuerzos en asuntos como la inmigración. Los líderes republicanos dicen que desean implementar leyes sobre el tema este año, pero algunos legisladores conservadores han presentado una oposición feroz. Los republicanos también pudieran negarse a aumentar la capacidad de endeudamiento más adelante este mes al insistir en reducciones de gastos o limitaciones a la nueva ley de servicios médicos. Obama ha prometido que no negociará.
Por otra parte, la exhortación de Obama al Congreso para que aumente el salario mínimo nacional de 7,25 a 10,10 dólares la hora pudiera ser el tipo de iniciativa que beneficia más a los demócratas en año de elecciones legislativas que un ejemplo de logros. Las encuestas de opinión muestran que la mayoría de la población apoya ese aumento, una conclusión que los senadores demócratas pudieran tratar de explotar programando votaciones destinadas al fracaso como forma de ilustrar la oposición de los republicanos.
Obama también ha pedido una ampliación de un tipo de crédito fiscal dirigido a individuos y parejas, particularmente con hijos, que tienen ingresos bajos o medios. Algunos republicanos y economistas conservadores también han pedido una ampliación de este crédito fiscal para ofrecer una ayuda adicional a las personas que trabajan pero no tienen hijos.
El senador Marco Rubio, republicano por Florida, incluso ha propuesto reemplazar ese crédito fiscal con un suplemento federal a ciertos trabajadores de bajos ingresos. Sin embargo, a diferencia de Obama, los republicanos han sugerido ampliar el crédito fiscal como alternativa a aumentar el salario mínimo.
Obama también ha presionado por la aprobación de leyes sobre comercio y ha pedido al Congreso autoridad para completar con más rapidez las negociaciones comerciales con países de la zona Asia-Pacífico y la Unión Europea. Los republicanos favorecen los acuerdos comerciales, pero Obama ha enfrenado la oposición de los demócratas. El lunes, una amplia coalición de grupos tradicionalmente aliados de los demócratas, como sindicatos y organizaciones ambientalistas, dieron a conocer una carta que exige al Congreso votar contra la solicitud de Obama.
De hecho, con el control demócrata de la Cámara en juego en las elecciones de noviembre, los demócratas se mostrarán dispuestos a mostrar a los electores los contrastes entre ambos partidos y no estarán en posición de contrariar a algunos de sus principales grupos de electores. A medida que el año avance, Obama y los senadores demócratas pudieran enfrentar intereses contrarios.
"La clave en esto es el Senado (los demócratas) y si se habrá una alineación completa de lo que ellos piensan que les funcionará en 2014 y lo que lo beneficie a él (Obama)", dijo Patrick Griffin, cabildero demócrata que manejó asuntos legislativos para la Casa Blanca del presidente Bill Clinton. "No estoy seguro de que a los senadores demócratas les importe mucho hacer un trato sobre cualquier cosa".
Esa perspectiva oscura obliga a Obama a actuar por cuenta propia.
"Estados Unidos no se detiene, y yo tampoco lo haré", declaró el presidente.
Pero las decisiones ejecutivas tienen límite: no pueden asignar fondos a nuevos gastos, su impacto tiende a ser angosto y los presidentes del futuro pueden echarlas atrás.
En su iniciativa de medias unilaterales anunciada el martes por la noche, Obama dijo que aumentará el salario mínimo para los nuevos contratos federales. Pero el alza no beneficiará a los empleados que ya tienen contrato y que pueden estar ganando menos del salario mínimo, y los contratos que se renueven sólo tendrán que incluir el nuevo salario mínimo si otros términos del acuerdo cambian. La orden cubre los nuevos contratos que entran en vigor al comienzo de 2015.
A los republicanos les preocupa que Obama pueda exceder sus límites. Pero uno de ellos, el presidente de la Cámara, John Boehner, se mostró despreocupadamente tranquilo.
"La pregunta es ¿a cuántas personas, señor presidente, beneficiará esta medida ejecutiva? Sospecho que la respuesta es casi a nadie".
FUENTE: AP