Las tasas de ocupación en los hoteles del centro de Bangkok se han desplomado. Las convenciones se han cancelado y las reuniones de negocios están pospuestas. Las reservaciones para los próximos meses están a la baja.
El último episodio de la crisis política en Tailandia, que dura casi una década, está causando daños a la economía en la medida en que manifestantes antigubernamentales arman barricadas en avenidas importantes de Bangkok y las confrontaciones entre disidentes y los simpatizantes de la primera ministra Yingluck Shinawatra periódicamente degeneran en violencia.
Desde el golpe de Estado que derrocó al hermano de Yingluck en 2006, Thaksin Shinawatra, la economía de Tailandia se ha recuperado de varias crisis políticas. No obstante, la incapacidad para para resolver las profundas divisiones en la sociedad tailandesa ha afectado su reputación como un país confiable para la inversión extranjera y ha elevado las expectativas de que la inestabilidad se incremente.
La segunda mayor economía del sureste asiático prevé reducir su crecimiento a menos del 3% en este año si las protestas continúan en el segundo trimestre, estima la Universidad de la Cámara de Comercio de Tailandia.
Eso es un potencial bajo para Tailandia, uno de los principales destinos turísticos mundiales y sede de numerosas compañías globales en ramos que van de la industria automotriz a la computación. Apenas en 2012 la economía creció al 6,5% y se espera que en 2013 el crecimiento sea cercano al 4%.
"Es terrible, está peor que nunca. No alcanzamos a ver el fin de esto", dijo Virat Jaturaphutphitak, vicepresidente de la asociación tailandesa de agencias de viajes. Las reservaciones de europeos y norteamericanos a Bangkok se redujeron en 70%, mientras las de Asia bajaron 30%. "Si esta situación continúa habrá que cerrar muchos negocios".
Líderes empresariales temen que si el conflicto continúa los inversores extranjeros preferirán llevar sus negocios a países vecinos como Singapur, Malasia o Vietnam.
Los temores de que la violencia se incremente crecieron luego de que el gobierno de Yingluck insistiera en la realización de elecciones este domingo sin tomar en cuenta las objeciones de la comisión electoral.
"La percepción de los clientes extranjeros es muy mala. No quieren venir. Los negocios están detenidos, en suspenso", dijo Thinawat Bukhamana, socio de la firma de abogados Baker & McKenzie de Bangkok. Dijo que varios acuerdos de financiamiento en los que su empresa trabajaba han sido cancelados.
El ministro de Deportes y Turismo Somsak Phureesrisak dijo que en los hoteles que albergan a turistas extranjeros las tasas de ocupación han caído dramáticamente y están en 30%, muy por debajo de lo normal en este temporada, que es la de mayor número de visitas en el año.