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Elefantes mueren a manos de grupos armados en el Congo

Los ocho sospechosos estaban de pie bajo un árbol y al parecer no se habían percatado que 10 guardias del Parque Nacional Garamba los tenían en la mira, pero cuando los agentes se acercaron, comenzó un tiroteo que provenía desde el pasto crecido de las cercanías, donde estaban escondidos otros hombres fuertemente armados. De pronto, la emboscada se convirtió en una lucha desesperada por sobrevivir.

El tiroteo del mes pasado en el Congo, donde murieron tres guardaparques y un coronel del ejército congolés, puso en evidencia los desafíos de proteger los parques en una parte de África plagada por décadas de insurgencia, guerra civil, el flujo de refugiados y gobiernos débiles.

También muestra cómo los esfuerzos de conservación se asemejan a una guerra de guerrillas donde guardaparques y soldados son acosados por cazadores furtivos que están masacrando a los elefantes de África y otros animales silvestres.

Este tipo de violencia no está limitada a Garamba, en el noreste del Congo, en la frontera con Sudán del Sur. Más al sur, en el Parque Nacional Virunga del Congo, los asaltantes mataron a un guardaparques el mes pasado y otro murió por el ataque de una milicia en agosto.

Más de 200 elefantes han sido sacrificados en Garamba desde el censo de abril de 2014 que contó 1.780 paquidermos, comparado con 11.000 que había hace dos décadas. El parque es apenas uno de un puñado de sitios en el país con una "población de elefantes viable", a pesar de la pérdida de tantos enormes mamíferos en las últimas cinco décadas, dijo Bas Huijbregts, experto del grupo de conservación World Wildlife Fund.

Garamba fue alguna vez conocido por ser hogar de los últimos rinocerontes blancos del norte que estaban libres, aunque durante años no se ha visto ninguno por aquí.

Una generación anterior de cazadores furtivos en Garamba mataba con lanzas. Los intrusos de hoy traen granadas y lanzacohetes y en algunos casos, incluso atacan a los elefantes desde helicópteros. Estos hombres armados han convertido a este Patrimonio Mundial, que la ONU ya lo considera "en peligro", en un lugar donde las letales escaramuzas posiblemente afecten de forma importante el turismo por un tiempo.

"La amenaza ahora es completamente militarizada", dijo Leon Lamprecht, director de operaciones de African Parks, un grupo sin fines de lucro con sede en Johannesburgo, Sudáfrica, que tomó el control administrativo del parque de 4.900 kilómetros cuadrados (1.890 millas cuadradas) hace una década.

Los 120 guardaparques de Garamba, respaldados por 60 soldados, tratan de ahuyentar a los rebeldes del vecino Sudán del Sur, a cazadores que buscan marfil, a milicianos sudaneses y a rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor, un grupo encabezado por Joseph Kony, quien está acusado de crímenes contra la humanidad.

Los combatientes de Kony matan a los elefantes de Garamba e intercambian los colmillos de marfil por municiones, alimento y uniformes en territorio controlado por Sudán, de acuerdo con un reporte difundido el mes pasado por Enough Project, un grupo de denuncia que basó su estudio en entrevistas con rebeldes desertores.

FUENTE: AP