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Trump habla con líderes mundiales tras generar alarma por decreto antiinmigración

Luego de una semana como presidente, Donald Trump habla este sábado por teléfono con varios líderes mundiales, en medio de una creciente alarma internacional generada por sus anuncios para limitar drásticamente la inmigración musulmana en Estados Unidos.

Trump tiene previsto comunicarse con varios líderes extranjeros: el primer ministro japonés Shinzo Abe, la canciller alemana Angela Merkel, el presidente ruso Vladimir Putin, el presidente francés François Hollande y el primer ministro australiano Malcolm Turnbull.

Estas conversaciones darán a Trump una oportunidad de explicar sus nuevas políticas contra refugiados e inmigrantes, que han conmocionado a gran parte del mundo, particularmente su decreto para frenar temporalmente las llegadas de refugiados e imponer controles estrictos a viajeros de siete países musulmanes.

Estas llamadas también le permiten empezar a desarrollar vínculos con estados que han sido aliados tradicionales de Estados Unidos, así como con Rusia, un país con el que Trump afirmó estar dispuesto a mejorar las relaciones durante su mandato.

La medida sobre la inmigración musulmana cumple con una de las promesas más controvertidas de la campaña, cuando Trump dijo que iba a contener la inmigración de varios países musulmanes que, según él, suponen una amenaza terrorista para Estados Unidos, y someter a los viajeros de esas naciones a "investigaciones extremas".

"Esto es muy importante", dijo el presidente el viernes en el Pentágono después de firmar la orden ejecutiva titulada "Protección de la nación contra la entrada de terroristas extranjeros en Estados Unidos".

El decreto suspende el programa estadounidense de acogida de refugiados durante al menos 120 días, mientras se concreta el futuro sistema de verificación de visas.

También prohíbe la entrada a Estados Unidos de viajeros procedentes de países de mayoría musulmana -Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen- durante 90 días.

Los nuevos protocolos "aseguran que los refugiados aprobados para admisión no suponen ninguna amenaza para la seguridad y el bienestar de Estados Unidos", pero vetan específicamente a los refugiados sirios indefinidamente o hasta que el presidente decida que ya no suponen una amenaza.

Las autoridades no perdieron tiempo en implementar la orden de Trump para frenar la llegada de musulmanes, reteniendo a viajeros en aeropuertos estadounidenses a pocas horas de que se firmaran las nuevas medidas, según informaron este sábado medios locales.

El diario The New York Times señaló que agentes aeroportuarios empezaron el viernes por la noche a detener a viajeros, después de que se anunciara el decreto.

Durante la renovación del sistema de visas se harán algunas excepciones a personas pertenecientes a "minorías religiosas", que favorecerán principalmente a los cristianos.

Varias asociaciones estadounidenses de defensa de los derechos civiles no tardaron en reaccionar y presentaron este sábado un recurso judicial contra el decreto firmado por Trump.

La demanda fue presentada ante un tribunal federal de Nueva York por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) y otras asociaciones, después de que dos hombres iraquíes fueran detenidos la noche del viernes en el aeropuerto JFK de Nueva York en base al decreto recién promulgado.

Las organizaciones solicitaron que al recurso se le dé el estatus de demanda colectiva para poder representar a todos los refugiados y viajeros retenidos debido a la orden ejecutiva.

"'Investigaciones extremas' es solamente un eufemismo para discriminar a los musulmanes", estimó Anthony Romero, director ejecutivo de la ACLU.

Romero señaló que el decreto viola la prohibición constitucional a la discriminación religiosa al elegir países con mayorías musulmanas para un tratamiento más estricto.

Ahmed Rehab, director de la sección de Chicago del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses, dijo a la AFP que su grupo iba a emprender acciones legales para luchar contra el decreto "con uñas y dientes".

"Está dirigido a gente basándose en su fe natural y en su origen nacional, y no en su carácter o en su criminalidad", advirtió Rehab a la AFP.

Varios líderes extranjeros se manifestaron en contra de esta nueva política estadounidense.

El presidente iraní, Hasan Rohani, criticó este sábado a Trump sin nombrarlo, afirmando que no eran tiempos para "construir muros", en una referencia a los planes del magnate de construir un muro a lo largo de la frontera con México.

"Ya no estamos en una época en la que se construyen muros entre las naciones. Ellos (los dirigentes estadounidenses) olvidaron que hace unos años el muro de Berlín se derrumbó", dijo Rohani en un discurso.

Por su lado, el primer ministro turco Binali Yildirim, fustigó la posibilidad de construir muros para solucionar conflictos.

"No podemos resolver este problema de los refugiados erigiendo muros", dijo Yildirim durante una rueda de prensa en Ankara junto a la primera ministra británica Theresa May, quien se encuentra de visita.

FUENTE: AFP