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Gobierno regional de Berlín impone uso de mascarilla en las manifestaciones

Berlín, 1 sep (EFE).- El Gobierno regional de Berlín ha impuesto el uso de la mascarilla en las manifestaciones de más de 100 personas, tras los incidentes ocurridos en la marcha multitudinaria contra las restricciones del sábado, seguidos de la provocadora "toma" del Reichstag por grupos ultraderechistas.,Las autoridades de la capital y ciudad-estado reforzarán así las medidas frente a la pandemia, incluida la obligatoriedad de que los bares y restaurantes lleven un registro o lista de sus clie

El Gobierno regional de Berlín ha impuesto el uso de la mascarilla en las manifestaciones de más de 100 personas, tras los incidentes ocurridos en la marcha multitudinaria contra las restricciones del sábado, seguidos de la provocadora "toma" del Reichstag por grupos ultraderechistas.

Las autoridades de la capital y ciudad-estado reforzarán así las medidas frente a la pandemia, incluida la obligatoriedad de que los bares y restaurantes lleven un registro o lista de sus clientes, con teléfono de contacto y tiempo transcurrido en el local. En las fiestas privadas de más de 50 personas deberán seguirse asimismo una serie de medidas de higiene, avanza el diario "Der Tagespiegel".

Hasta ahora, el uso de la mascarilla es obligatorio en Berlín en el transporte público y espacios cerrados como escuelas y comercios, pero no en la calle. Para las manifestaciones se impone su uso solo cuando no se puede garantizar la norma del distanciamiento social.

La decisión del gobierno regional berlinés sigue al revuelo causado por la marcha del sábado, tanto en lo que se refiere a la manifestación multitudinaria inicial como a los incidentes provocados por grupos ultraderechistas.

La primera marcha contra las restricciones, que aglutinó a 18.000 personas por el centro de la capital, fue disuelta por la policía ante la evidencia de que la gran mayoría de los asistentes no llevaban mascarilla y de que tampoco era practicable hacerles respetar la norma del distanciamiento.

El grueso de los manifestantes se reagrupó luego en otra concentración, que llegó a reunir a unos 38.000 asistentes en las inmediaciones de la Columna de la Victoria.

En paralelo se produjeron incidentes violentos ante la embajada de Rusia, donde se concentraron unos 2.000 ultraderechistas entre gritos de apoyo al presidente Vladímir Putin y consignas hostiles contra la canciller Angela Merkel.

La concentración de radicales terminó en enfrentamientos con los antidisturbios, mientras en las inmediaciones del Reichstag (sede del Parlamento) se agrupaban otros centenares de ultraderechistas, identificables como Reichbürger -"Ciudadanos del Reich"-, movimiento que no reconoce la autoridad ni las fronteras de la Alemania actual.

La concentración derivó en escándalo al lanzarse los radicales al asalto simbólico del Parlamento y posar desde sus escalinatas con banderas del antiguo Reich y símbolos nazis.

En ese momento había solo tres policías ante el edificio, cuyas inmediaciones estaban valladas. Los agentes contuvieron a los radicales hasta que unos minutos después llegaron refuerzos.

El amago de "toma" del Reichstag generó las más duras condenas desde todo el espectro parlamentario, el Gobierno de Merkel y el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier.

El ejecutivo regional berlinés -un tripartito entre socialdemócratas, Verdes y La Izquierda- ha tenido que salir al paso a las acusaciones de no haber protegido como corresponde ese edificio. En las redes sociales discurrían desde hacía días llamadas a "tomar" el Parlamento y derogar el orden constitucional actual.

Las autoridades berlinesas habían desplegado unos 3.000 agentes para esa jornada de movilización en Berlín. Las manifestaciones contra las restricciones vienen sucediéndose desde hace semanas en todo el país y aglutinan tanto a ciudadanos descontentos con las medidas del gobierno como defensores de teorías de la conspiración, movimientos esotéricos y ultraderechistas.