Simpatizantes de la independencia de Cataluña protestaron el domingo contra una visita del rey Felipe VI de España a Barcelona, en un momento en que cobran nuevo impulso las iniciativas de alto nivel para apaciguar las tensiones en la región.
Son usuales las manifestaciones contra las visitas a Cataluña por parte del rey, que es un símbolo del gobierno de Madrid y ha criticado los movimientos separatistas.
Pero a pesar de las posiciones encontradas y arraigadas, los sucesos recientes han dado lugar a la posibilidad de que altos funcionarios pudieran hallar una ruta hacia una solución negociada hasta cierto punto. Gran cantidad de gente participó en las manifestaciones del domingo, aunque mucho menos que en otras protestas de años recientes.
El presidente regional catalán, Pere Aragonès, que respalda la independencia de Cataluña, se reunirá el martes en Madrid con el presidente de gobierno Pedro Sánchez. Será el primer encuentro entre ambos desde que Aragonès se convirtió en presidente regional este año.
Las conversaciones se llevarán a cabo exactamente una semana después de que el gobierno de Sánchez indultó a nueve separatistas catalanes que se encontraban en la cárcel debido a sus intentos para hacer que la región se separe de España.
Sánchez dijo que los indultos son un gesto de buena voluntad, parte de sus gestiones para alcanzar una solución definitiva a un asunto que ha perseguido a España desde hace décadas.
El movimiento separatista de Cataluña, respaldado por aproximadamente la mitad de sus 7,5 millones de habitantes, desea que la próspera región del noreste de España se convierta en una república independiente.
FUENTE: Associated Press