Al menos 26 personas murieron durante el ataque a una cárcel de la mexicana Ciudad Juárez y las operaciones para recapturar a 25 presos evadidos, informaron este lunes las autoridades.
Según un comunicado de la secretaría de Seguridad Pública de Chihuahua, en esos choques resultaron heridos otros dos agentes de la fiscalía y fueron incautadas armas largas.
Este lunes temprano el gobierno federal confirmó que el ataque a la cárcel, cometido por narcotraficantes el domingo, dejó 19 muertos, entre ellos 10 guardias, siete presos y dos atacantes, y 25 presos se fugaron.
También resultaron heridos un custodio y 14 reclusos, informó en conferencia el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, quien anunció además la captura de cinco agresores.
Entre los evadidos se encuentra el líder de una banda aliada del cártel de Juárez en su guerra contra el cártel de Sinaloa, antaño liderado por Joaquín "El Chapo" Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Se trata de Ernesto Alfredo Piñón, "líder de este grupo criminal conocido como 'El Neto'", señaló la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, en la misma conferencia.
Piñón estaba preso desde 2009, y en 2010 fue condenando a más de 200 años de cárcel por secuestro y homicidio, según datos de la fiscalía del estado de Chihuahua (norte).
Cuando iba a ser trasladado tras su captura, un grupo criminal también intentó liberar a "El Neto", pero fracasó y el detenido resultó herido.
Sobrepoblación de reos
Según Sandoval, pese a su peligrosidad, el delincuente no había sido trasladado a una prisión federal de alta seguridad porque las autoridades de Chihuahua no lo solicitaron. El penal atacado, donde están recluidos numerosos pistoleros y vendedores de drogas callejeros, está bajo responsabilidad de ese estado.
El asalto se produjo al amanecer del domingo cuando familiares de reos estaban formados para la visita de año nuevo, y el escuadrón, que arribó en vehículos blindados, abrió fuego contra los guardias.
Ciudad Juárez, fronteriza con la estadounidense El Paso, es estratégica en el tráfico de drogas y uno de los puntos donde estalló en 2006 la ola de violencia ligada al narcotráfico.
Con capacidad para 3,135 reos, pero ocupada actualmente por unos 3,900, la cárcel atacada ha sido escenario de varias riñas y motines, incluido uno que dejó 20 muertos en marzo de 2009.
Los centros de detención de México, principalmente los estatales, padecen problemas crónicos de hacinamiento y violencia, que se han agravado en los últimos años por las pugnas entre grupos criminales.
FUENTE: AFP