Quizá pasó inadvertido, pero durante la misa que el papa Francisco ofreció ante sacerdotes, consagrados y monjas en la principal catedral católica de Panamá, el pontífice utilizó una silla de cedro amargo confeccionada por un ebanista panameño y con dineros aportados por residentes de un barrio popular.
La pieza de madera, que llamó la atención desde poco antes que el papa aterrizara en Panamá, es obra de Hernán Guardia, de 41 años de edad, conocido por fabricar y reparar muebles para las iglesias del Casco Antiguo, el sitio histórico de la capital.
“Fue algo muy grato, me llenó de orgullo al ver que una persona dedicada a la iglesia, a Dios, estuviera sentado en una pieza que fue hecha por mis manos”, dijo Guardia a The Associated Press el sábado. El ebanista participó de la misa en la catedral.
La pieza, de poco más de dos metros de altura, tiene un pórtico en forma triangular en la parte superior del respaldo, lleva abundantes tallados y un tapizado en tela de color blanco en el respaldar y dos escudos, uno del papa Francisco y otro del Vaticano a los lados.
La silla se financió con dineros recolectados por una iglesia del populoso barrio de El Chorrillo, que sufrió los bombardeos de la invasión de Estados Unidos que expulsó al dictador Manuel Noriega en diciembre de 1989.
FUENTE: AP