Cada 25 de diciembre millones de personas celebran la Navidad, conmemorando lo que se piensa ser el nacimiento de Jesús. Sin embargo, los evangelios —Mateo, Marcos, Lucas y Juan— que relatan su vida, no especifican la fecha exacta de su nacimiento, lo que ha generado debates históricos y religiosos durante siglos.
Incluso, diversos estudios de historiadores sugieren que Jesús pudo haber nacido en otra época del año, posiblemente en el mes de abril, basándose en referencias climáticas y sociales mencionadas en los textos bíblicos.
¿Cómo se eligió el 25 de diciembre?
Fue a partir del siglo III cuando los primeros cristianos comenzaron a debatir y realizar cálculos sobre el origen de Jesús y la humanidad, con el objetivo de establecer una fecha simbólica para su nacimiento.
Con la introducción del calendario juliano por Julio César en el año 45 a.C., el 25 de diciembre coincidía aproximadamente con los actuales 21 o 22 de diciembre del calendario gregoriano, fechas cercanas al solsticio de invierno. Con el tiempo, esta fecha fue adoptada oficialmente por la Iglesia para celebrar el nacimiento de Jesús.
La influencia de las tradiciones
La celebración de la Navidad también incorporó rituales y costumbres "paganas" muy arraigadas en el Imperio romano. Entre ellas destacan:
- Las Saturnales, celebradas del 17 al 23 de diciembre, en honor al dios Saturno, asociadas a la agricultura y las cosechas.
- El Natalis Solis Invicti, que conmemoraba el nacimiento del dios Apolo, y se caracterizaba por reuniones familiares, intercambio de regalos y grandes banquetes.
Durante estas festividades, los campesinos y esclavos podían suspender sus labores, vestirse como sus señores y participar en celebraciones colectivas, tradiciones que guardan similitud con las actuales costumbres navideñas.
Una celebración de múltiples orígenes
En resumen, la elección del 25 de diciembre como fecha de la Navidad es el resultado de una mezcla de creencias religiosas y tradiciones culturales. Aunque existen posturas críticas sobre su origen, muchos cristianos coinciden en que la Navidad es una oportunidad para centrarse en el mensaje espiritual del nacimiento de Jesús, más allá de los regalos y los banquetes.




