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Bruxismo: más que un rechinar de dientes y desgaste dental

Uno de los gestos faciales más llamativos de una persona es su sonrisa, pero… ¿qué pasa cuando ese gesto que denota felicidad, se ve afectado porque los dientes se empiezan a desgastar, se astillan o se siente dolor? el bruxismo puede ser la causa.

Al Bruxismo se le conoce a una serie de movimientos, definidos como rechinar de dientes, ya sea durante el día o mientras se duerme, según indica la Dra. Sandra Rodríguez de Cerrud, jefa del Departamento Nacional de Odontología de la Caja de Seguro Social. Explica que esto sucede cuando se aprieta fuertemente los dientes superiores con los inferiores y, además, se hacen movimientos de adelante hacia atrás, casi siempre de manera involuntaria e inconsciente.

La doctora señala que en circunstancias normales, los dientes de ambas arcadas se ponen en contacto durante unos 20 minutos al día, produciendo de 20 a 40 libras de presión (los necesarios para la trituración de los alimentos y para la realización del acto de la deglución o tragar). En cambio, durante el bruxismo nocturno los dientes se ponen en contacto directo por un período de 40 minutos por hora, generando una presión de 250 libras en el primer molar principalmente.

Estudios revelan que más del 85 % de la población ha tenido algún episodio de bruxismo en su vida; afectando a niños y adultos. simple simple

¿Qué afectaciones trae el bruxismo?

Esto provoca cambios biológicos, emocionales y de conducta, que repercuten no solo en afectaciones de la dentadura y la mandíbula, sino, también, en los músculos que se encuentran localizados en cabeza y cuello, ocasionando de manera secundaria numerosas alteraciones.

Se puede producir hipersensibilidad dental aguda y desgaste dental; que los dientes se astillen o se fracturen, produciendo dolor; la encía podría retraerse dejando expuesta parte de las raíces dentarias (recesiones gingivales) y que se manifieste dolor constante en los músculos faciales.

Pueden afectar los oídos provocando sufrimiento, zumbidos o disminución de la audición, sensación de oído tupido, de goteo, ya que las estructuras de la articulación temporomandibular están cerca del conducto auditivo interno, lo que explica los dolores, náuseas e incluso una laberintitis.

Los síntomas pueden acompañarle el resto del día, como el dolor de cabeza y cuello, molestias en la mandíbula al despertar y durante el horario matutino, sobre todo en la zona lateral del cráneo. Sensación de presión sobre los dientes, y sensación de cansancio como si la mandíbula hubiese hecho mucho esfuerzo.

Estrés

El estrés, la ansiedad, las emociones negativas y frustraciones, causan aumento de la hiperactividad muscular, reducción de la tasa de oxígeno, de la secreción salival durante el sueño y aumento de episodios de rechinar los dientes durante el sueño.

Soluciones

Para frenar estos movimientos, existe un dispositivo usado a la hora de dormir, llamado férula de descarga y su función es disipar las cargas trasmitidas por la fuerza de la mordida cuando apretamos o rechinamos los dientes, para que se relajen los músculos faciales.

Otros tratamientos administrados por especialistas, son los analgésicos y antiinflamatorios, que disminuyen la inflamación y las molestias típicas de esta patología.

En casos más rigurosos se puede acudir al fisioterapeuta, quien ayudará a recuperar y proteger la función de la articulación de la mandíbula y a corregir defectos posturales. 

Finalmente se recomienda adoptar hábitos alimenticios saludables y realizar ejercicio físico para reducir el estrés y así evitar el bruxismo. Concluyó la Dra. Sandra Rodríguez de Cerrud.

FUENTE: Luis Diaz Govea