NUEVA YORK (AP). Robinson Canó volvió el jueves a la alineación y bateó un cuadrangular para los Yanquis de Nueva York un día después de ser golpeado en el casco por un pelotazo.
El segunda base dominicano salió del diamante el miércoles por la noche cuando un lanzamiento de Nathan Adcock de Kansas City le sacó el casco de la cabeza y él cayó al terreno.
Le hicieron una tomografía computarizada al pelotero el miércoles por la noche y vio a más médicos el jueves, incluyendo un neurólogo que le autorizó volver a jugar.
El manager Joe Girardi puso a Canó, cuyo promedio de .292 con el tolete encabeza a los titulares de Nueva York, en su posición usual como quinto bate. De hecho ya estaba en la alineación antes de llegar al estadio, aunque Girardi estaba listo para retirarlo si el doctor no le autorizaba jugar.
Canó dijo desconocer si tendría que usar uno de los cascos más grandes para batear, como el que ha empleado su compañero venezolano Francisco Cervelli tras sufrir una conmoción cerebral.
Si le dejan la decisión a él, Canó dijo que preferiría no usarlo. Acudió a la caja de bateo en el segundo inning con un casco que parecía normal.
"¡No quiero verme como Cervelli!", dijo riendo antes del partido. Y luego agregó más serio: "Esa cosa se siente muy pesada".
Algunos peloteros se han mostrado renuentes a utilizar el casco más grande porque no les gusta su aspecto y no les acomoda, especialmente al recorrer las bases. Otros se han acostumbrado a usarlo.
Pero "uno nunca sabe", reconoció Canó. "Puede que ayude a pegar muchos hits".
Conectó su vuelacercas frente a Sean O'Sullivan en el quinto inning, una línea solitaria al jardín derecho. Fue el primer imparable de los Yanquis ante el serpentinero.
Horas antes, Canó cometió un error de fildeo al lanzar con demasiada fuerza a la segunda base, sacando al campocorto Eduardo Núñez fuera de la almohadilla en un segundo capítulo en que los Reales anotaron seis carreras.