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Estrella de Bollywood ayuda a víctimas de violencia doméstica

PLANTATION, Florida (AP). Años después de que Somy Ali se alejó de su exitosa carrera como actriz de Bollywood, una vecina de Bangladesh tocó a su puerta y le pidió ayuda.

La mujer dijo que su marido, el padre y un hermano la habían violado y golpeado durante una década. Ali pagó por un departamento para la mujer y también los gastos del divorcio.

"Me dije, 'tiene que haber más mujeres como ella'", relató Ali, quien fundó la organización sin fines de lucro No More Tears Inc. (Basta de lágrimas) en 2006. Hasta ahora ha ayudado a 48 mujeres. Ali costea los gastos donando el 10% de los ingresos de su línea de vestir So-Me Designs.

"Esta gente es parte de mi familia", manifestó. "No hay nada que me gratifique más que ayudar a una mujer". La vida de Ali parece salida de una historia de Bollywood. Se crió en una opulenta mansión de 26 habitaciones en Karachi, hija de un productor de cine paquistaní y una mujer iraquí. Cuando tenía nueve años se radicó en la Florida con la madre y un hermano.

A los 15 decidió casarse con el actor Salman Khan, a quien describe como "el Brad Pitt de la India", y trasladarse a la India.

Un día, un asistente de productor de cine la vio en el lobby de un hotel de Mumbai y lanzó su carrera cinematográfica. Poco tiempo después, Khan se topó con ella por casualidad y le dio un papel en una película.

El romance de Bollywood duró unos pocos años. Ali rompió con Khan y regresó a la Florida a los 24 años.

Hoy, a los 34, trata de ayudar a las víctimas de abusos. Coloca folletos en mezquitas, iglesias y tiendas étnicas, así como en restaurantes de la India y Pakistán.

"Si quieres ayudar a alguien, es algo que te nace", expresó.

Se encuentra con las mujeres en lugares públicos porque tiene miedo que alguien la siga a su casa, y generalmente las ayuda económicamente entre tres y seis meses. A algunas mujeres las ayudó hasta un año. También se asegura que reciban terapia.

Afirma que en la actualidad tiene apenas 50 dólares en el banco, por lo que está expandiendo su línea de So-Me Designs, con la que costea las actividades de No More Tears. Hasta ahora ha diseñado camisetas para adultos (que se venden a 24,99 dólares cada una), camisetas para niños (26) y buzos con capucha (45). La nueve colección incluye vestidos (que cuestan de 150 dólares para arriba) y camisas y sacos formales (60 dólares para arriba).

Cada camiseta tiene un diseño que Ali crea con una artista gráfica que es una mujer que ella ayudó. El diseño más popular es uno con casilleros en el que una puede marcar si es blanca, negra, hispana o humana.

Ali dice que de niña marcaba "otro" en los formularios y escribía "humana".

"Me considero musulmana", manifestó. "Rezo todas las noches como lo hacen los musulmanes. Es importante para mí, para mi salud mental". Afirma que le gustaría regresar a Pakistán para ayudar a más mujeres, pero que teme que la maten o la secuestren.

"Siento que tengo mucho trabajo que hacer", declaró.

Edith McEacheron, una venezolana de 35 años, se puso en contacto con Ali en marzo, luego que su esposo la dejó con su bebé, sin dinero. Está completando los trámites para conseguir un permiso de trabajo y buscando empleo. No More Tears paga por su habitación y por su abogado.

McEacheron dice que sin No More Tears, su vida sería muy diferente.

"Le aseguro que probablemente estaría en la calle", expresó.

Saman Movassaghi, abogada que está ayudando a McEacheron, le da a las clientas de Ali un descuento de 500 dólares por caso.

"Me encanta ayudarlas y que sepan que hay alguien que las escucha y lucha por ellas", comentó. "No estudié derecho para lidiar con multas de tráfico. Estudié leyes para ayudar a la gente".

Laura Finley, profesora de sociología y criminología en la Barry University e integrante de la junta directiva de No More Tears, le donó su camioneta a una mujer.

"Te sientes bien ayudando a que alguien esté más seguro", dijo Finley.

FUENTE: Agencia AP

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